LLORÉ TANTAS VECES
Y TANTAS VECES SE REPITIÓ
CUANDO YO ERA NIÑO.
LLORÉ POR MI SOLEDAD,
TANTAS NOCHES A SOBRE SALTOS
Y ENTRE TERRIBLES PESADILLAS.
LLORÉ CUANDO PESENTIA
QUE EL CALENDARIO SE DETENIA
Y YO SEGUIA MASTICANDO MI PENA.
RECUERDO CUANDO LLORÉ
DE MIEDO Y FRIO
EN UN ESCAÑO DE ESA PLAZA
DONDE HABÍA DORMIDO.
LLORÉ TAMBIEN ESA MAÑANA
AL VER EL ENTORNO VACIO
Y COMO YO SIN ALEGRÍA.
HOY NO ME ASUSTA
NI ME ASUSTO LLORAR
Y AHORA LLORO POR ELLA
LA QUE SE QUEDÓ TAN LEJOS
LA QUE CAMINA COMO YO
CUANDO YO ERA NIÑO
SIN MIS MANOS, SIN MI CARIÑO.
NUESTRAS ALMAS TIENEN UN VACIO
COMO UN VACIO SUBTERRANEO
TANTO VACIO COMO EL DE NUESTRAS MANOS
QUE AL FINAL ELLOS
LA IRAN HACIENDO MÁS TRISTES.
Y NUESTROS CORAZONES
QUE SÓLO SABEN NUESTROS NOMBRES
Y EN LA LEJANIA Y DISTANCIA
UNA Y OTRA VEZ LO REPETIMOS
HASTA ESCUCHAR NUESTRAS VOCES
EN UN ECO LARGO Y LEJANO.
Y NOS PERSEGUIMOS EN LA SOMBRA
EN LA SILUETA DE LAS MISMAS
NOS PEGAMOS A LOS UMBRALES
INVENTANDO QUE AHÍ NOS TENEMOS
Y COMPARTIMOS COMO DOS FANTASMAS.
Texto agregado el 29-11-2008, y leído por 90
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Lectores Opinan
29-11-2008
Maravilloso poema amigo. Llegara el día que vuestras manos se encuentren. Mis estrellas y un saludo. *5 flormi115
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