Amelia, una pequeña de tan solo quince años vivía en una choza en la montaña mcfield que se encontraba a las afueras del pueblo.
La choza era de madera y muy humilde aunque sus abuelos trabajaban mucho solo tenían lo necesario para sobrevivir día con día.
Amelia era una niña muy bonita con cabello largo hasta la cintura y color chocolate, de piel blanca y ojos color miel. Sin embargo el ser tan bonita no lo era todo para ella, sufría demasiado ya que desde muy pequeña perdió a sus padres en un accidente automovilístico, lamentablemente gracias a eso ella nunca sabrá lo que es tener una familia que se preocupe por ti, así que quedo al cuidado de sus abuelos. Desde muy pequeña también tuvo que comenzar a trabajar y a ayudar con los labores del hogar ya que lo que sus abuelos ganaban no era suficiente. A pesar de su sufrimiento siempre fue una niña muy alegre y soñadora. Soñaba con ese príncipe azul y una boda romántica rodeada de sus seres queridos.
Un día mientras caminaba cargando algunos botes para acarrear agua se encontró con un apuesto joven que por cierto choco con ella haciéndola caer al piso, el apuesto joven la ayudo a levantarse y se ofreció a cargar los botes acompañándola a que tomara agua del rió, después de un muy buen rato de charla amena la llevo hasta su casa.
Amelia entro a su casa cantando ya que había sido maravilloso su día al lado de ese joven, pero después de unos minutos se dio cuenta que ninguno de los dos se habían preguntado su nombre.
Con el pasar de los días Amelia se dio cuenta de que todo ese bello día no se repetiría jamás ya que no sabia nada de aquel joven.
Un lunes por la mañana Amelia fue a comprar la comida para sus abuelos pero se encontró con una muy mala noticia, por todo el pueblo había periódicos con la noticia en primera plana de que el príncipe Fernando se casaría con una hermosa joven de la realeza llamada Fátima. Al ver eso Amelia se dio cuenta que era ese joven apuesto con el que había estado días antes, entro en llanto, sabia el nombre de aquel joven pero también sabia que se casaría en una semana.
Desde aquel día la sonrisa de Amelia no era la misma. Durante esa semana Amelia acudía al mismo lugar donde lo conoció con la esperanza de volverlo a ver una vez mas, un día de esos mientras ella caminaba escucho una voz muy dulce que le decía hola, al voltear se dio cuenta que era el príncipe, entonces ella corrió a sus brazos pero lo soltó inmediatamente y le dijo perdone mi atrevimiento príncipe, el le dijo no te preocupes entonces ella le pregunto ¿Por qué volvió?
El contesto por que desde que te vi no he dejado de pensar, pero si usted esta comprometido dijo ella.
No es que yo la ame, son mis padres los que me obligan a hacerlo, pero desde que te conocí descubrí que el amor existe, por eso estoy aquí y vengo a preguntarte si tu sientes lo mismo por mi, ella sonríe y dice desde que perdí a mis padres no había tenido esperanzas de ser feliz hasta que te conocí, cuando vi la noticia pensé ¡el amor no es para mi! Pero hoy que estas aquí y me declaras tu amor, me doy cuenta que soy capaz de dejarlo todo por ti, el le contesta entonces huyamos dejemos atrás lo malo que hemos vivido y empecemos una nueva vida juntos. FIN