De amores fugaces
de cartas al viento
hoy siento en mi vida
pintado un desierto.
Millones de granos de arena
como lágrimas que ensucian el suelo,
donde la maravilla sorprendida
estampa flores deshojadas,
y los ratos amargos se sintetizan
con lo natural.

De marcas se llenó la pared
y hay una que aún tiene vida propia
y me reclama a diario.
De marcas se llenó la pared
y a diario me reclamo y te reclamo
todo lo que no pude reclamar.

Y hay temor y hay demencia
y hay todo lo que entiendo que no sientes,
porque pareces tan invulnerable, aunque afirmes lo contrario
y me duele por simple egoísmo, por simple anhelo.

Me quedan los besos de madrugada
Aún dormidos por tus labios secos,
me quedan las ganas de verte nacer
remplazando recuerdos por días próximos.
Me quedan las ganas y me quedas tú,
aunque no estés. Me quedas.
Y me quedan las notas en la mente,
me queda una canción nostálgica con aire optimista,
me queda tanto y nada.
Me quedan los mensajes que nunca enviaste.