Ahora se que para cuando volvió a suceder ya estaba preparado. Había pasado el tiempo suficiente para permitirme estar tranquilo y listo. Muy dentro de mi sabía que pasaría, no lo digo por orgullo o vanidad, sino porque así estaba escrito, esas cosas se saben en el corazón, lo se, de no ser así, no estaríamos compartiendo el mismo tiempo, el mismo espacio, como esta sucediendo: el presente es nuestro.
No se si el tiempo que paso para volver a estar juntos fue mucho o poco, más bien fue el necesario. Espere a que el día llegara como muchas veces espere a que saliera la luna para que iluminara el camino que habría de llevar a encontrarnos.
A veces pienso que en realidad nunca nos fuimos, nadie partió, que en realidad las circunstancias nos cegaron, que estábamos frente a frente pero tuvimos que aguardar la luz de las estrellas, aquellas que muchas veces observábamos al mismo tiempo sin saberlo y ahora que todo se aclara puedo distinguir tu rostro, que nunca borre de mi mente y mi corazón.
Hoy bendigo a dios por cruzar de nuevo nuestros caminos, sin duda sus designios son misteriosos, Él nos ha vuelto a unir y ahora nos toca a nosotros hacer lo demás, todo está dispuesto para ser felices por completo una vez más, hasta consumirnos en amor.
Intentar negarlo seria imposible: pienso en ella todo el día, escribo estas líneas por ella, mientras el crepúsculo avanza y su imagen me envuelve cada vez más hasta que casi puedo tocarla cuando llegue el alba ya estarás a mi lado, como la primera vez, como mi primer amor.
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