PROFECÍA 2010 CAP. 6
La inconformidad de la gente hizo que pronto estuviera en acción utilizamos la sierra de Guanajuato para entrenarnos había espacio de sobra y además puntos de escape por si el gobierno federal nos caía, el 20 de septiembre del 2010, 200 años después de la guerra de independencia y 100 años posteriores a la revolución mexicana un grupo armado atacaba las instalaciones militares de Guanajuato con saldo desfavorable pero con gran perjuicio para las fuerzas federales era nuestro primer grito de guerra nuestro aquí estamos y fue de forma tal que no cupo duda de que la gente, el pueblo había explotado contra la ineptitud eterna de los dirigentes, para buena suerte nuestra y mala de ellos diez mil efectivos del ejercito desertaron y se nos unieron eso nos dio fuerza y también apoyo. No es lo mismo la formación paramilitar aunque se tenia la experiencia, que la formación militar, entonces tuvimos la fuerza suficiente armamento y pronto contábamos con nuestra pequeña fuerza aérea, caballería y nuestra fuerza de tanques ya no éramos una promesa. Pronto tomamos el bajío mexicano, tratando de respetar a la población civil que desafortunadamente no se puede mantener al margen aunque se quiera, nuestra fuerza comenzó a crecer, no sin antes tener algunas dificultades internas, se nos unió el teniente coronel Cárdenas quien por sus conocimientos tácticos militares exigía ser por lo menos el segundo al mando, Salvador no lo permitió, una mera cuestión de ego ya que el era un líder nato no tenia nada de particular darle el mando simbólico y quizás estratégico al coronel pero también la guerra de egos se empezaba a meter en nuestra cusa, ya avanzada y con grandes promesas de éxito.
El gobierno federal intento recobrar las plazas que teníamos en nuestras manos por la ubicación estratégica y la cercanía con la capital del país que sin duda ponía en peligro la ya endeble estabilidad nacional, resistimos estoicamente con muchas bajas pero la organización que se tenia ahora era evidente y hacíamos frente al ejercito de forma bastante digna y competitiva, también contamos con la suerte y la sorpresa de nuestra pequeña fuerza aérea, a lo cual el gobierno federal respondió con la suya, pero la pericia de los veteranos pilotos que se nos habían unido hizo la diferencia.
Los movimientos se comenzaron a replicar con más fuerza en el sur donde se logro tomar ahora si con fuerza la capital Chiapaneca, Quintana roo, tabasco, y poblaciones importantes de Guerrero, aquello crecía como la espuma.
En seis meses teníamos presencia en el ochenta por ciento del territorio nacional, armamento en igualdad de circunstancias que el mismo ejercito, nos habían estado llegando donaciones “anónimas” de armas, aviones y económicas fuera de toda proporción, como mencione al principio no tuvimos la cautela de revisar de donde venían esos donativos pues nos hacían falta y la ceguera de la ambición de los intereses por manejar el país nos nublo muchas perspectivas que no previmos como situaciones peligrosas, pero estábamos envanecidos por el éxito y era lo único que nos importaba, era de suponerse que las donaciones en gran parte eran de los gringos que querían derrotar aquel gobierno de izquierda para volver a sentar sus reales en el país y también la mano negra del narcotráfico tan golpeada por los regimenes anteriores y casi desterrada que apostaba con nosotros su regreso triunfal a la escena del país.
El ejercito bastante diezmando y ahora semidesértico se vio obligado a la leva costumbre que no practicaba desde principios del siglo pasado, la mayoría de sus integrantes se había venido con nosotros creyendo fieles que teníamos la razón y que sabríamos así como tuvimos la capacidad de inicio y consagración del movimiento dar continuidad exitosamente a esa causa, no sabían que estábamos tan perdido y que no teníamos ni idea de que haríamos cuando el momento llegara y tuviéramos el poder en las manos.
Estábamos destinados a repetir lo errores del pasado y ha hacer justamente lo que repudiamos y aquello que combatimos.
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