Ella piensa, repiensa y sufre sin paciencia. Ella se emociona, se cuestiona y se obsesiona. Ella lo recuerda cada día, lo desea cada noche. Ella lo extraña. Ella lo imagina con esa y con aquélla y el dolor sigue su huella. Ella quiere no pensar, pero vuelve todo a su mente. Ella quiere verlo, tocarlo, sentirlo. Ella quiere escucharlo decir que no puede continuar en la vida sin ella, pero ella sabe que no es así. Ella sabe ¡qué él puede vivir todas las vidas sin ella! y eso a ella la demuele. Ella llora. Pero ella quiere estar bien. Ella no reclama contra la vida, ni contra su vida. Ella vive. Ella ríe, ella sueña, ella sale, ella baila, ella canta. Más tarde... ella llora.