Fuiste el sol que se caía
del penacho de la tarde,
fuiste la ultima rosa
del invierno que llegó.
Y en tus ojos transparentes,
quise alcanzar una estrella,
cuando la piel me avisaba,
que el último tren partió.
Y soñé ..., soñé en tus brazos,
acunando los capullos
de ilusiones pasajeras,
destinadas a morir.
Me engañé con las quimeras,
de lo que nunca sería,
cuando la noche apagaba
hasta el último candil.
y eras demasiado joven,
casi un ángel en mi vida,
y yo tuve mucho miedo
de amarte para sufrir.


Al llegar la madrugada,
en el silencio infinito,
caminé por esas calles
sin saber adonde ir,
Y sentí que odiaba el tiempo
que a destiempo me traía
el amor que había soñado
y ya no era para mi!!!