Las escenas rondaban en mi cabeza y creí que era el mejor momento para escribirlas, Me encomendaron una consigna muy interesante pero compleja, si bien me limitaba con el hecho de representar un estado infinito, Senti el animo suficiente para trabajar en ese proyecto. considerando el acto de subir un escalón y creer que el final jamás llegaría, podria encerrar una sensacion de continuidad infinita, pero algo mas complejo se introdujo en la propuesta;El último escalon inventado por desicion propia, creaba otro escalón y así sucesivamente.
Me sujetaba a una inventiva donde el proyecto se representara de manera obsesiva, Luego de meditarlo y refleccionar ese plan revise en que contexto seria el adecuado plantear un estado semejante... sólo tenía lugar la creación de un acto de locura temporal, un estado de sueño en la realidad o bien, una elevación del estado febril en su máxima expresión.
Sin embargo acudí a las opciones que podrían brindarme una solución a esa paradoja, Me plantee distintas alternativas, como el hecho de avanzar y perpetuarme en un estático mundo de finales sin metas o cambiando el objetivo aunque con menos mérito, ya que la suposición de lograr llegar a un sitio en subida, sería de distinto destino que en bajada, simplemente por autoestima, ya que contribuye al descenso y corre el riesgo de ser complice mi estado animico. La idea de construir un mundo lleno de escaleras donde no se reconozca la última era insoportable, quizas por el orden que demanda el hecho de pensar en clasificarlas y ubicarlas, toda su adminstracion seria insostenible, Considerar la posibilidad de enumerar o marcar a todas demandaria un trabajo que no estaba mal suponer.
Pero el tiempo transcurrido en esa tarea, me daría a descubrir que la vejez, la vida en si misma, no seria más que una representación del mismo acto en un sin fin de monotonias, cada peldaño subido simbolizaría los años vividos y cada retroceso el pasado, la memoria de observar, evocado conjuntamente; unido a la estructura del cuerpo en un mismo espacio y tiempo. enfrentando la probabilidad de estar frente al último escalón. habiendo perdido una vida de trayectorias circulares, simplemente por llegar al principio, con la atroz resignación del retorno hacia algo perpetuo.Considerar que al fin y al cabo el infinito no es mas que una sensación de aburrimiento, intentando olvidar el camino.-antes hubiese cambiado diez escaleras más por descubrir, que haber dejado sin marcar un escalón,- llevando un esquema de números, y caminos paralelos, de cantos muertos y vértices cómplices. De sumas y colecciones archivadas y clasificadas por retornos, ascensos, retrocesos.
Un escalón más puede concentrar como símbolo la creación de un universo, pero siempre sugiere un aumentativo por lo que supone a la vez su propia contradicción, como cada objeto existente nacida de la virtud de crear un escalón en cada paso y la posibilidad de poder borrarlo, uno por vez o todos juntos, pero nunca el primero, quizás sus anteriores, cayendo en un error de más complejidad, al no llegar nunca al anterior. borrando.Sin la oportunidad de haber disfrutado tan siquiera lo construido.
Estas visiones me fueron brindando otras escenas, ajustándome a la habilidad de los pasos ya que cada acto continuo, siempre tiene las ventajas de encontrarle alguna picardía, quebrando el sentido del arriba o abajo, superponiendo un escalón sobre el mismo para crear senderos rectos, oblicuos.
Diminutos abismos, pero no tan profundos y misteriosos como el poder arquitectónico que encierra el hombre sin valorar su producto, condenado a ser la única especie capaz de concentrar el impulso más temido, la creación y la destrucción hasta de sí mismo.
Por esta complejidad me senti inconmensurable, atrapado en un pensamiento intolerante del infinito, por eso pido disculpas, esta sensacion de abismo fue la razon por la cual me ha sido imposible realizar esta consigna.
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