El gas

Edgardo, había fallecido hacia poco tiempo.
Ocurre esto en la ciudad de Baleares, durante un crudo invierno, de esos que existían antes, llovía a cántaros y su viuda quedó sola en su casa.
Ella no tenía teléfono en esos tiempos, tampoco había un vehículo en casa.
Anochecía cuando se dio cuenta que se había acabado el gas y seguramente estaba preparando algo que quedaría a medio camino.
¡Se desesperó!... ¿Qué hacer?
No podía salir a esa hora ni menos con esa lluvia. Muy devota se encomendó a Dios pensando como podría solucionar este problema.
Al cabo de una media hora más o menos tocaron a la puerta... que extraño, ¿quien será a estas horas?
Volvieron a golpear con insistencia Toc Toc Toc toc toc.!
Se acerco a la puerta y sin abrirla preguntó
¿Quién es?
Abra la puerta señora –contestó una voz de hombre—hace rato que estoy llamando y ya no soporto la lluvia.. Traigo el gas que pidió!
Abrió la puerta sorprendida y vio a un hombre todo empapado en un triciclo con 2 balones de gas
Yo no he pedido ningún gas señor –respondió ella -
¡UD no --contestó el hombre de mala gana--pero recibimos un llamado hace mas o menos media hora, un hombre llamó y dijo que trajéramos 2 balones de gas a esta dirección ¡
Debe haber un error –insistió ella..
El hombre del triciclo bastante molesto preguntó..
¿Es esta la dirección Alberto Espinoza 1047 ?
Efectivamente lo es pero nadie ha pedido gas desde aquí...ni siquiera tengo teléfono... sin embargo debo decirle que yo necesito el gas!
Esta bien, déjelos entonces, porque ésta es la dirección a la cual viene este pedido!

¿Qué explicación tendrá esto?

Tursol