Querido yo:
Hola ¿cómo estoy? espero que mejor. Ya sé que hace mucho que no me comunicaba conmigo pero es que en realidad no habia tenido tiempo.
Supe que no habia estado muy bien, espero contarme un día que pasó.
Por mi otra parte, me contaré que las cosas han cambiado mucho desde la última vez que hablé conmigo.
Parece que me enamoré. En serio, sin burlarse. Supongo que ya estoy muy claro respecto a mi anterior fracaso; Patético ¿cierto? pero confio en que ahora será distinto. Seguramente me preguntaré su nombre, bueno, en realidad no importa, pero como siempre he estado conmigo, no voy a empezar a tenerme secretos ahora.
Se llama Soledad.
¡Es cierto! Ese es su nombre, no vaya a pensar que me enamoré de estar solo.
Ella es simplemente genial. Me contaré que desde que la conozco mucho a cambiado en mí; para empezar, ya no me odio tanto. Bueno, tengo que confesar que esa es la verdadera razón por la que no me había escrito nada en tanto tiempo, pero como me digo, ya no me odio.
Es tan maravilloso comprender la diferencia entre autoculparse por todo y asumir la responsabilidad por los errores cometidos. Realmente me siento muy bien cuando estoy con ella,al punto de no preocuparme, de esa forma negativa de antes, por ti (o sea, por mí mismo).
Espero pueda perdonarme por esto pero algo más que aprendí de ella fue como se debe amar de verdad; con un amor basado en la entrega, un amor de dar no de pedir, un amor que acepta, no que cambia.
Lo único malo es que, aunque aprendí a amarla, ella no pudo enamorarse de mí.
El destino ha decidido separarnos y espero llegar a amar de esta forma nuevamente, aunque siempre la voy a recordar y le agradeceré el haber hecho de mí alguien mejor, y lo que es más maravilloso aun, el habermnos reunido de nuevo a ti y a mí, o a mí y a ti, o mejor dicho; a mí conmigo.
Se despide de mí,
queriendome mucho...
Yo. |