Súbito Él llegó un día con su mochila al hombro. Sin mediar palabras, la besó ardientemente y desempacó. Vivieron juntos largo tiempo. Ella, entre la incertidumbre y el gozo; él entre la seguridad y su misterio. Una mañana de cualquier día él se levantó, empacó, se presentó formalmente y se fue.
Texto agregado el 22-11-2008, y leído por 100 visitantes. (5 votos)