Yo te había olvidado…
O al menos eso había creído.
Mi corazón parecía haber decantado
Cada uno de los restos de aquello que fue nuestro,
Cada una de tus huellas.
Pero, al parecer,
Algo quedo, algo pequeño,
Un detalle, casi insignificante,
Y que sin embargo me ha dicho tantas cosas…
Es ese rostro tan tranquilo,
Como si nada te importara realmente,
Es ese semblante algo debatido,
Entre la insolencia y la introspección;
En el he redescubierto…
He redescubierto tu recuerdo,
Y me has invadido hoy…
Y demasiado profundamente…
Por dios, es demasiado cansador.
En esa foto te ves lejano,
Como siempre,
Te ves triste y feliz a la vez,
Como generalmente.
Es como si todavía me estuvieras mirando,
Es como si aun estuvieras aquí,
Y hasta hace tan poco había dejado de sentirte,
De recordarte,
De sentirte…
Cuando ví tu rostro, de nuevo,
En esa foto, de antes,
Sentí un cosquilleo por dentro,
Un latido de corazón demasiado fuerte.
Sonreías, discretamente,
Mirabas, insulso, a la cámara,
Junto a unos amigos,
De esos pocos que tenias,
Siempre fuiste muy distinto…
Son esos ojos grandes,
Que pecan de vanidosos,
Que se posaban y aunque estuvieras de lejos,
Parecías estar demasiado cerca,
Tu mirada subraya mucho,
Como que todo lo que ella toca
Cobra notoriedad,
Pero pierde inocencia…
Yo, a tu lado, perdí inocencia.
Y esa foto me vuelve a corromper,
Tu imagen retoma una parte importante de mi ser,
Y esa foto que me vuelve a indagar,
Esa postura en la que me sigues esperando…
Yo desde aquí,
Vos desde allá,
¿Qué más podemos hacer?
Guardaré la foto,
Y cuando vuelva a verla,
Volveré a perseguirte…
Y me dejaré ser cazada
Por tu andar de lobo estepario,
Por la ferocidad de tu mirada.
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