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No entiendo por qué el viento una vez vino hacia mí
Y me habló con sus palabras ventadas una suave poesía
Si ahora me veo rodeado de una indiferente frialdad
Que logro percibir, y no hay constelación que me convenza
Con su otra cara

Una voz constante me grita desesperada
Diciéndome cosas en contra del viento
Argumentando lógicamente
Que el viento ya no me sopla
Como una vez lo hizo
(Yo no se lo pedí)

¿Para qué entonces creer que el viento
Puede transformarse en un ente magnífico
Y transformar mi vida
Girando las manijas de un reloj detenido
Hasta devolverle la vida
En un canto desinteresado a la verdadera divinidad?

¡Mas sin embargo!
Mis manos se disponen prontamente a sujetar mi cabeza
Colocando sus palmas sobre mis oídos
Y entrelazando mi cabello entre sus dedos

¿Para qué?
Para que un sigo-creyendo
Obstaculice el oír nítidamente
De ese clamor agobiante
De esas advertencias que retuercen mi mente

¿Qué creer?
¿Seguirá el viento dando indicios de su amable voluntad inicial?
¿Esa que se llevó mi atención…
Directo a una prisión de barrotes hechos con mi pasión?

¿Quién dirá la verdad?
¿Tendré la inteligencia necesaria para refrescarme del calor
En algún otro lugar, y con alguna otra amable tempestad?

¿Por qué viaja en determinada dirección el viento
Y luego cambia de rumbo de aquí para allá?

¿Por qué dobla el viento en algún ángulo de la materia
Y luego desvía su vista de su destino?

Tal vez deba yo dirigirme hacia algún otro lugar
Para que el viento no logre encontrarme

Tal vez sea lo que el viento necesita
¿Olvidarme?

Y tal vez sea lo que yo necesito…
Olvidarte, ¡Oh Viento!

Ya no puedo escuchar tu susurro…
(¿por qué?)

Estas voces feroces y reveladoras
Han ensordecido mis sentidos
Dejando un órgano fútil y muerto
A estos oídos míos

¡Te regalo mis memorias! ¡Oh viento!
Si lo deseas…
Puedes arrojarlos a donde sea
Con la fuerza de tu aliento

(yo ya no te entiendo)

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