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Definitivamente él había decidido cambiar de vida, estaba cansado de trabajar y no ver resultados positivos, no era un bebedor de ron, ni parrandero, ni jugador de lotería, sin embargo siempre iba de mal en peor, porque el estado no le garantizaba lo más mínimo, lo único que el estado bien le garantizaba era cobrarles los impuestos efectivamente y sin atrasos.

El mismo día de su cumpleaños cincuenta, había planificado un viaje familiar y con esos fines reunió varios hermanos, tíos y primos, en total fueron trece que vendieron todo lo que poseían para hacer una yola e irse de la media isla en la cual estaban muriendo.

Juntos los trece se fajaron a construir una embarcación con madera de medio uso y en ella depositaron todas sus esperanzas (sobre todo que serian transportados a un mejor lugar donde sobrevivir).

En menos de una semana estaba todo listo, consiguieron un mapa y compraron lo necesario para llegar a su destino, pero a ultima hora el tío Francisco decidió no embarcarse en dicho viaje, porque decía que el numero trece le podría traer mala suerte a la travesía.

Los doces trataron por todos los medios de convencer al tío Franc, pero éste no cedía y el viaje estuvo a punto de barajarse, hasta que tuvieron que incluir a un primo que vivía en la capital y que lo habían dejado fuera por no tener la cantidad de dinero de la cuota que le correspondía.

El tío Franc, estaba designado como el capitán de la yola en el viaje, él era el único que sabía algo de asuntos de navegación, ya que había trabajado como marino mercante (aunque no llegó a tres meses en dicho trabajo, porque se mareaba en alta mar), pero él juraba y perjuraba que podía llevar la embarcación a su destino final, el cual era Puerto Rico.

En la madrugada de un día cualquiera decidieron salir de la playa donde tenía escondida la yola, y lo hicieron porque un marino le informó que había buen tiempo para navegar en embarcaciones pequeñas, a ese mismo marino ellos le había pagado el dinero de peaje para poder salir de las costas de Nagua, para que este a su vez se lo llevara al coronel que controlaba los viajes ilegales, (entiéndase como viaje ilegal: viaje que no haya pagado la cuota de salida o peaje).

En plena oscuridad salió la yola de la costa de Nagua con catorce hombres todos de la familia Izquierdo de la comunidad de El Factor. Manolo Izquierdo de cincuenta años y unos días, quien reunió la familia para el viaje, estaba rebosando de alegría cuando vio que la yola se estaba alejando de tierra firme, porque pensaba que al fin pasaría a una mejor vida, (aunque la yola se hundiera) decía él.

La yola avanzaba rápidamente y al poco tiempo desapareció de la vista de los marinos quienes los observaban con envidia desde el faro a la orilla del Atlántico en la ciudad de Nagua, un marino le dijo a otro mientras su vista se perdía en el océano: “cuando me tocara a mi”.

A lo lejos los catorce hombres veían dejar atrás su nación llena de apagones eléctricos, de desempleo, de injusticia social y judicial, y se encaminaban en un nuevo rumbo que estaba lleno de peligro, esperanza, dificultades y sobre todo lleno de monstruos marinos, feroces, que no se saciaban de devorar dominicanos en el canal de la mona.

De día brisas calientes que quemaba la piel, de noche un frío aterrador que hacia temblar al más valiente de los hombres. Cuando llevaban tres días rodeados de agua por todas partes, con los rostros transformados de la sal y sol, la mayoría estaban arrepentidos de todo corazón, pero no había forma de desmontarse de la yola.

En las noches no veían ni una lucecita en tierra firme y el capitán Francisco Izquierdo estaba totalmente mareado, sucio de vomito y más confundido que un pez volando entre las patas de un pelicano.

Por los mareos que le habían dado a Franc, perdió el mapa, la brújula y los cálculos que hizo en tierra para poder llegar con facilidad a la isla del encanto.

El capitán no sabía que hacer en medio de tantas aguas, no quedaba alimento, solo quedaba agua potable para un día y el combustible estaba a punto de ausentarse, en si, se habían acercado a la maldición de los que navegan por el canal de la mona (canal que separa a la isla de Puerto Rico de la Republica Dominicana).

Al cuarto día de navegación el panorama se mostraba muy difícil para la familia Izquierdo, no quedaba agua potable, el combustible se había terminado y había desaparecido en la madrugada como por arte de magia uno de ellos, todos sabían que el mar le había echado mano en la oscuridad y que los tiburones del le habían dado la bienvenida con sus filosos colmillos.

Al desaparecer uno de ellos entró en escena agresivamente el numero trece y la desesperación también había abordado la yola en medio del mar, no había consuelo para nadie y el numero trece que llenaba de pánico al capitán Francisco Izquierdo lo turbó completamente, y solía decir: “el viaje acaba de concluir funestamente por ese maldito número”.

El capitán para disolver la tragedia que se aproximaba a toda prisa, decidió lanzarse al agua y nadar hasta donde los brazos le llevaran.

Horas después de lanzarse al mar llegaron varios marinos en una lancha de los guardacostas de cuba, quienes se habían enterado de la existencia de la yola de los Izquierdo por el capitán Francisco, quien llegó casi muerto a una playa cubana.

Los marinos cubanos rescataron a los doce dominicanos y lo llevaron a tierra firme en calidad de prisioneros para interrogarlos.

Estaban casi muertos, los cubanos le dieron los primeros auxilios y en par de días los marinos comandado por un sargento, condujeron a los trece hombres de la familia Izquierdo por un caminito que comunicaba la playa con la jefatura más cercana, quedaba aproximadamente a tres hora de caminata.

Durante el recorrido, Manolo Izquierdo se dirigió en varias ocasiones al sargento cubano diciéndole:

-jefe, jefe, recuérdese que yo soy zurdo.

El sargento cubano lo escuchaba pero no le ponía la más mínima atención, pero fueron tantas las veces que manolo repitió lo mismo que a mitad del camino el sargento ya estaba harto de escuchar a Manolo con la misma cantaleta, entonces se detuvo y violentamente lo agarró por el cuello y le preguntó con voz muy áspera:

-óyeme chico a que se debe esa pendejá, que tú me tiene ya jarto con la jodienda esa que eres zurdo, que eres zurdo y dale con que eres zurdo, ¿dime carajo que quiere decirme con esa vaina?

Manolo presionado con la mano del sargento en el cuello no quería responder, pero se vio obligado a hacerlo y dijo casi ronco:

-Lo que sucede jefe, es que yo he oído en mi país que aquí en Cuba se violan mucho los derechos, y yo soy muy macho, no quisiera que me violen, le hago el aclarando que no soy derecho sino zurdo, para que no me violen a mi también.

El sargento muy enojado soltó bruscamente a Manolo quien se vio en el suelo por el empujón que le dio el militar y el sargento enfocando a Manolo aún en tierra le respondió:

-Lo que sucede chico, es que en tu país solo oyen noticias del norte y ellos son los que dicen esa vaina, ¿pero porque ellos no dicen que allá en su país, no tan solo violan los derechos, sino también a los zurdos, y hasta los ambidextros, carajo?

Texto agregado el 21-11-2008, y leído por 351 visitantes. (19 votos)


Lectores Opinan
16-01-2009 5 * por ese final sorprendente. juliantomas
10-12-2008 entretenido y con un final interesante erio
10-12-2008 Jejej, muy simpaticote y bien narrado, mis 5 estrellitas¡¡¡¡¡¡¡ natilla_
04-12-2008 Muy buen relato. emece
04-12-2008 jejejej... Tenés la dosis... 5* Will_Quisbert
03-12-2008 Muy buen texto, me has hecho reir en este mundo tan confuso...Saludos doradita
03-12-2008 Logras sacar una sonrisa describiendo una realidad.- PeggyMen
01-12-2008 jajaja....muy bueno. lisinka
01-12-2008 Relato muy entretenido y simpático final. Enhorabuena Alejandro_1007
01-12-2008 bello tu texto..es un bello vieje leerlo mis 5 estrellas y un fuerte abrazo grande sapoeta
28-11-2008 Jajajajajajaja – Me dió mucha riza tu cuento. Muy bueno!! Perdónname, por lo de la riza. Sin entrar en cuestiones políticas... Diríamos nosotros acá, en Brasil, que no importa la desgracia habrá siempre espacio para un poco más –es el imperativo de la Ley de Morf. Y diríamos más, especialmente a Manolo, que una boca callada es garantía de conservación otros orificios. Muchas gracias por tu invitación, me gusto tu manera de escribir. Mis estrellitas, así como 5. hibrida
26-11-2008 Entretenida narración , buen estilo... naiviv
26-11-2008 Ofrezco disculpa, el comentario corresponde a tu otro texto: CAMINOS DIFERENTES. sagitarion
26-11-2008 Buena historia J.R., bien narrada. En tus personajes has sabido envolver con ternura una visión maniquea de la vida; el pobre representando lo bueno, el rico lo malo. No hay matices; si acaso, la iniciativa del opulento de ir a visitar a la madre, aunque luego se aclara que la justificación del viaje obedece a querer probar un auto nuevo. Al final la muerte los midió con el mismo rasero; de nada sirvió la riqueza del potentado ni la pobreza y buenos sentimientos y conducta del pobre, lo que me deja la idea de que a la vida hay que disfrutarla en la medida de nuestras facultades y talentos, porque al final, cuando la muerte nos alcanza, lo demás es lo de menos. Gracias por la invitación y sobre todo por la moraleja final, está para reflexionar en las propuestas.*****Afectuosos saludos. sagitarion
26-11-2008 Gracias por tu invitacion a leerte ,es todo un descubrimiento para mi.Destaco esa denuncia solapada hacia los que no permiten a los seres humanos ser y vivir como tales .LLegara el dia en que el hombre no sea mas el lobo del hombre . Seguire leyendo tus cuentos ******* shosha
26-11-2008 Muy buen cuento, en verdad nos hace reflexionar, todas las bajesas que se cometen con los centroamericanos. Saludos Mis ****** Maresa
26-11-2008 Buen cuento, hace reflexionar acerca de la dificil situacion que se vive en los paises centroamericanos y como algunos de sus habitantes hacen lo que sea para mejorar su situacion; el final, mas alla de ser un chiste tambien denota la situacion cultural de ambos paises. Buen cuento juanito_jonnson
25-11-2008 Muy buen relato. Donde el hombre en su desesperación busca una vida más digna. flop
22-11-2008 Un pajarito me ha dicho que aquí había un buen escritor...y no me engañó el pajarito. Me encantó tu relato y seguiré leyéndote en cuanto pueda. margarita-zamudio
22-11-2008 ¡Qué buena historia carajo! Y que verdad tan grande encierra ¡los derechos! Y tanta derechona medíatica ahogando la información y manipulando la realidad. Dejas al final una "perla": la diferencia en el cubano y el dominicano, es que el primero conoce el término "derechos". Importante diferencia. Me ha encantado este viaje alrededor de todo el archipiélago caribeño, aunque faltó saber si la llegada al sueño puertorriqueño no terminaría en la peor de las pesadillas. Mis cinco, bien merecidas. maravillas
21-11-2008 Terrible el destino cuando se vive entre tanta miseria y sin recursos. A mí me encantó Santo Domingo, cuando hace años, estuve en esa hermosa isla, invitado por mi empresa. Claro que yo iba de turista y con buenos dólares en la cartera. Las playas son maravillosas, pero las casuchas de latas y maderas, que observé, desde el hotel, camino de las playas, me descorazonaban. Traje un burrito que un dominicano talló en la propia playa. A España, que ahora no es ningún paraiso, están llegando diariamente cayucos llenos de africanos. Muchos de ellos (centenares) dejan su vida en el mar. Pobre gente que no tiene más remedio que dejar su país aun a riesgo de suicidarse. El sol sale para todos y ya es hora de que nos grite la conciencia y consigamos en el mundo una mejor distribución de la riqueza. Hay recursos suficientes para todos los habitantes del planeta tierra. Claro que, para conseguir eso, hora es de que los hombres del "primer mundo" empecemos a tener corazón de carne y no corazones de piedra. Me ha encantado tu historia y te doy mis estrellas. Por cierto que te apellidas "CORONA" lo mismo que yo.. ¿No seremos parientes tal vez, de hace varias generaciones?. Un saludo desde Salamanca (España) emiliosalamanca
21-11-2008 Buen uso del vocabulario dominicano. 'Chiste' que da viraje al cuento y, sobre todo, relieve de un dolor actual. Te felicito. peco
21-11-2008 un relarto que te lleva a la par de las olas, deseperada por llegar a un buen final, me gusta como escribes, muy bueno leer tus textos divinaluna
21-11-2008 Una historia de nuestro tiempo, que me impactó. No conocía este éxodo de dominicanos hacia la llamada “isla del encanto”... encuentro terrible que hay que dejar su tierra, su familia, exponiendo su vida en ese canal con olas gigantescas. Otra cosa que me llama mucho la atención, es la falta de previsión de esa familia, quizá suceda así solamente en tu cuento, porque eso de partir todos los hombres juntos, me parece demasiado arriesgado para las mujeres y los niños que se quedan abandonados a su suerte. Aunque el final muestra que a pesar de todo, siempre se encuentra motivo para reír, y cuando se ríe, es porque no se ha perdido todo, y que aun existe la esperanza. Saludos. neige
21-11-2008 Muy ingenioso real y con un picante de humor y ficción. 5* jugama
 
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