Nunca encontraré alguien que describa el intenso golpear del dolor dentro de mi pecho.
Ni el más olvidado y oscuro poeta, puede brindarme un matiz de mi horrendo sufrimiento.
Jamás imaginé que la oscuridad y el frío fueran un espíritu que pudiese invadir mi alma.
Juntando sobras de mi ingrata vida me encuentro ahora, en la noche triste, funesta.

Me dedico ahora a relatar en unas líneas, gritos despavoridos de insondable horror.
Mostrando tal vez a un corazón sensible, un retazo acaso de mi insoportable angustia.
Deseo salir de este océano de perdición, soledad y escaso de propósito.
¡ Dios mío ! ¡ No soporto el curso de los días, la incertidumbre de las noches ¡

Tengo encerrado en mi ser, a la insoportable soledad, que ahora siempre me acompaña.
Tuve alegría, pasión. La tuve a ella, felcidad, ternura, besos, caricias. ¡ Y ahora tormento !
Sólo me queda la lluvia insípida que golpea con resonantes punzadas en mi piel.
Surca danzando el espectro de la Luna, en un lago de oscura fatalidad para mis ojos.

Veo el tiempo pasar, lejano como un horizonte de horripliante porvenir.
Vivo ahora, viví ayer y viviré.