La hora redonda
se deshoja
Vuelvo al lecho
de mi infancia
La sábana
ya no sabe reconocerme
tan extranjera soy
a la semilla germinada
hace tantos años.
Vuelvo a las horas
que destilan
una
a
una
las gotas insonoras
de la vida
La muerte
calzó sus zapatillas
de seda
y con sus pisadas
dejó
el verano
alumbrando
una mirada
que ya no es.
Texto agregado el 08-05-2004, y leído por 185
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
01-08-2004
Si uno pudiera retener las cosas... o tan solo detener el tiempo, quizás... ¡Muy buena! Shou
13-06-2004
dios, es preciosa, mira esa forma de un goteo ininterrumpido, tu poesía se me revela especial y muy buena, mis saludos y 5 estrellas Vihima
11-05-2004
El olvido de esa ausencia que no puede recuperarse. Un beso maravillas
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