Llevo la cuenta, de los días transcurridos con tu ausencia.
Y cada día aumenta la pesadumbre de mi tristeza.
Ya no poseo fuerzas para avanzar, para existir.
Mi camino ha acabado, y lo único en mí es decadencia.
Arde en mi interior, una llama que se exalta por desamor,
que explota en quemantes sentimientos de un gris recuerdo.
Mírome en el espejo, y sólo encuentro un estorbo,
no es alguien sensato, es sólo un cuerpo sin alma.
Mi rumbo se ha perdido como un marinero a punto de naufragar,
en aguas turbulentas, funestas, desprovistas de misericordia.
Ya no sé qué hacer para escapar de esta prisión de desconsuelo,
sólo me queda escribir estas inícuas líneas de despavorido grito.
Solo, con tu ausencia. Me encuentro en un túnel que atrae mi fuerza,
que obliga a mi voluntad a volcar en trágicas decisiones.
En este oscuro túnel de moribundo silencio,
que impregna mi corazón con horadantes golpes,
lo único que motiva a desistir de lo inminente,
es no tener la ingrata certeza,
de la resonancia de tus recuerdos en la muerte. |