El asunto con la rutina es que no me cansa como el papél gastado,
Pueden pasar dias de otoño arrastrando miserias en los diarios,y aún no me agoto de escuchar mi voz,
De sentarme solo en el sofá con un café en la mano y un cigarrillo en la otra,
De viajar en metro todos los dias
Pareciése que hasta despertarse con los ojos cerrados y asilarme en mis brazos fuése una atracción
Mirando por los cristales de la ciudad se recuerdan momentos felices que son livianos en mis pensamientos,
Que me trasladan a lugares que añoro ya sin tanta pena
Allí se pueden escuchar las intensiones precisas para desear tanto tú presencia como un beso de miel,
Para ser capaz de soportar descalzo en las calles de pie a tu puerta, con nada más que mi entrega,
Con mi dirección particular en los sobres que envío para felicitarme de mi comportamiento
Del recorrido por los lugares visitados siempre me queda algo,
la sensación de aire en la sien,
un dejo de sonrisas pasajéras,
una cuota de miradas desconocidas incinuantes
Del tiempo que resta en mis horarios,
Debo decir que a veces lo arrójo dentro del velador y procúro olvidar que aún me queda para las diez,
para tomar un descanso o preparárme recetas
Y si debo de decir algo de cuando me empiezo a sentir solo,
Es que siempre me hago de mi compañía al lado del televisor,
Si ya es terrible me silbo tonadas alegres, pero por regla general no paso de la t.v.
A veces me saco a pasear por el jardín y mis manos en los bolsillos encuentran ideas nuevas para la mañana que sigue
Aún con mis mañas tan peculiares no he desconectado mi teléfono personal,
Puedes llamar de vez en cuando,
Así los tres podríamos salir por un par de abrazos a los bares que solíamos frecuentar |