Caminé...
Estaba buscando algunas de las cosas que he perdido en el trayecto, y bajo el polvo de mis alas encontré un camino largo y a veces cansado, lleno de cosas vacías y sin interés alguno, esa falta de tiempos compartidos, sueños renovados y lotes baldíos. Me imagino qué pasaría si hubieses sido tú… Cómo sería cada día al despertar, lejos de mis malditos prejuicios. Buscando recuerdos perdidos me puse a construir nuevas reminiscencias de lo que hubo ocurrido si hubiese como pudo, ser o sido, diferente al final de todo, con la emoción de lo que no hemos vivido.
Volé...
¿Cómo pude haberlo sabido o adivinado por aproximación siquiera? No creo a final de cuentas de que se trate de una sola pregunta… Porque después de todo, siempre he perdido lo mismo, las posibilidades infinitas que se quedaron en la cara del dado que no cayó. Todo son consecuencias. Y me niego a aceptar lo que de tan buena fuente sé… No me gusta tomar ciertas determinaciones por lo categóricas que se vuelven a veces las consecuencias, pero por sobre todo, por la inevitabilidad fatídica que les acompañan a las secuelas.
Caí...
Faltan vientos que me impulsen hacia arriba, nubes de aire frío que me obliguen a bajar, o ráfagas de aire caliente que me orillen a subir, porque hay lluvia en el viento, y el frío que acompaña no fue nunca tan despreciado al venir tan de repente. Todo sería diferente, lo sé, estoy cierto de ello necio me lo digo. No sé cuan mejor o peor, pero de algo seguro, diferente, diametralmente opuesto, pero ahí viene la pregunta… ¿Sería mejor haber muerto yo en tu lugar?
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