Apareces de la nada, y la verdad sé muy bien quién eres. No te desgastes con tus palabras lindas, pues ya conozco la maldad que viene tras ellas. No digas nada, ni siquiera lo intentes aun así no voy a escucharte. Pues con tus errores tu solito tu destino sembraste.
Texto agregado el 18-11-2008, y leído por 124 visitantes. (2 votos)