Guturales quimeras entablaban un pacto
de rebeldes caricias... Emitió un turbio lloro
una Náyade orlada de rosarios de oro.
Palpitaban las fosas del silencio. Un abstracto
arabesco lunar, efectuó un gran impacto
con los labios homéricos de un extraño tesoro.
Atrevióse el crepúsculo a surgir en el acto,
transmigraron sus pies hacia un valle sonoro...
En oleadas acuosas, ha llegado, bizarro,
un fantasma montado sobre un mágico carro...
Más allá de las cosas, el fantasma pernocta.
Navegó aquella dama en un hondo ostracismo,
descubrimos los dos un azul silogismo,
el Verbo del Amor lució su espada docta.
Texto agregado el 17-11-2008, y leído por 95
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