ORQUÍDEAS AMARILLAS

Hoy viene a mi nostalgia
aquella imagen
de su sonrisa
alfombrada de rubor
regalándome el pañuelo
que sus manos
bordaron con mi nombre
dentro de un corazón.
Los pétalos rosados
en su rostro
dibujaban el contorno
de una flor
y su boca
era la fruta inmaculada
que en mi beso de niño
se durmió.

Y entonces soy ladrón
por su hermosura
y regreso orgulloso
con mi ofrenda,
traigo en mis manos
orquídeas que he robado,
son en las suyas
robadas por amor,
dulces, silvestres
orquídeas amarillas,
dulces, silvestres,
mojando la inocencia
de ingenuos besos
que daba el corazón.

Aquel amor,
pasión de chocolate
fue la primera
poesía de mi vida,
escrita con la tinta
de la infancia
en los bordes dorados
de mi alma.
Hoy viene a mí,
enredadera de mis muros,
aquella niña
que aún me está mirando,
trae el recuerdo
de flores que he robado,
lleva en sus manos
orquídeas amarillas.