¿Donde andas cielo mío
que mis ojos no te miran,
Donde andas niño mío
que mis manos no te tocan?
Ésta boca muy cansada
solo guarda tu sabor,
éste cuerpo muy inquieto
solo anhela tu calor.
Ando sola por la vida
entre prisas y dolores,
añorando tus caricias.
Extraño tu risa loca
y tu forma de dar placer.
Muero por ti... y ¡sin tí!
Texto agregado el 14-11-2008, y leído por 346
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Lectores Opinan
22-02-2009
esas ausencias que nos rompen el alma, que se desbordan, donde a veces ni las palabras bastan para que vuelva a quien se ama.. me gustó mucho tu poema monicaramela