El horror sin nombre.
Lovecraft (Howard Phillips) nació en el año 1890 en Rhode Island y murió 47 años más tarde. Su universo literario está plagado de pesadillas, espantos casi indescriptibles –acaso por eso son espantos– reanimación de muertos, tormentos alienijenas, seres vengativos, dioses sumerios, babilonios, acadios, etcétera. Este hombre ha sabido, como tantos otros, darnos a conocer la angustia metafísica, lo efímero de nuestra existencia y lo desamparados que estamos en el cosmos.
Nos habla de la Raza Excelsa, los Dioses Ancestrales, la Ciudad de los Pilares, los Innombrables, y, sobre todo, de Cthulhu, la serpiente que vive en un profundo letargo en el fondo del Abismo. Es el Gusano que Roe, el que está esperando despertar para acabar con los hombres. Es, en definitiva, el Leviatán.
Lovecraft nos cuenta que hay seres que sólo viven por y para la venganza. En La sombra sobre Innsmouth y en La maldición de Sarnath provienen de las profundidades del mar; en El que susurra en las sombras, la amenaza cae del espacio; en La sombra más allá del tiempo, siempre existieron en la Tierra, etcétera.
El Necronomicón puede que sea su gran obra, ciertamente es de menor calidad literaria que sus relatos, pero está rodeado de mitos, esto le da fuerza. En su relato Historia del Necronomicón, nos asegura que el libro fue escrito en el año 600 de nuestra era por el Árabe Loco, Abdul Al-hazred, este nombre es una variación de la frase all has read (el que leyó todo). Él mantenía correspondencia con algunos lectores y aparentemente había confesado la autoría de este libro. Además, en su excelente ensayo sobre literatura fantástica (Horror sobrenatural en la literatura) no menciona para nada el Necronomicón.
De este libro se dice que quien lo lea se volverá loco, allí se habla de Dioses Primordiales, de los Antiguos, del Gusano que Roe, del Abismo de Absu, de muertos resucitando y devorando a los vivos, de animales que se suicidan, del Pórtico que algún día se abrirá permitiendo el ingreso de los Siete Que Esperan, y cuando la Serpiente que descanza en el Abismo se una con El Que No Se Puede Nombrar, que se encuentra en los confines del cosmos, entonces todo habrá terminado para la raza humana.
El universo de Lovecraft es fascinante, su inteligencia e imaginación desbordan. Nos encontramos con ciudades malditas perdidas en desiertos desoladores, pergaminos que perturban, seres que pueden volvernos locos con sólo verlos. Siempre hay algo latente, algo que hay que decir pero que no lo dice, la incertidumbre. Lovecraft ha trabajado con lo que probablemente más terror nos cause, el tiempo, el final y la incertidumbre.
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