"Adios" una sola vez, me basta.
Márchate, bastó una vez escuchar “adiós”
Sé, que sientes culpa al alejarte simplemente
Pero dime, ¿Qué puede hacer la retórica que amortigüe el deceso de toda ilusión?
Tus pasos se alejaran sin importar que frase sea
la que firme el inicio de mi lenta perdición
la que fulmine de una vez y para siempre
la esperanza de llevar hasta la muerte la misma dirección
¿Qué podrían adornar tus versos para que no se me apague el alma?
Ni tu, musa de rubí y esmeralda
puedes abrigar en calma un futuro perdido
y un hombre al que ya no le sirve la razón
hombre al que no le bastará la vida,
para arrancarte de su corazón
Ni tu con tu mirar sereno y tu sonrisa de aurora
Ni tú, andar peregrino, mujer perfecta
No tu, amor, desvarío, obsesión perpetua
Menos tú, diva indefensa, por que es por ti,
la dolorosa huella de ese delicioso furor
Mejor no me digas nada
que el amor de antaño selle tu boca necia
y me ayude el tiempo a asimilar lo que tus ojos profesan.
Mejor has uso divino de tus labios
y sella con tu beso terminante esta condena
Que quede en mi pecho tu amargura y no te duela en la mañana
esta despedida clamada por los celos del destino
que sea el gran peso de los recuerdos lo que me obligue a quedarme
Para no ceder a la duda de poder haberte convencido
Y prolongar tu congoja, que no lo tienes merecido
No tú,
que me embriagaste con tu cuerpo para después cerrar la puerta
Menos tú,
que me no me dejaste morir sin conocer la pena
Jamás tú
que te vas quedándote en todo,
como eco de una gloria irrepetible
como prueba viva de todo lo inalcanzable
como evidencia de que ame, una sola vez, sin más poder.
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