Era el dia 270, ella estaba frente al tocador observando la belleza que en un par de horas se acabaría, contemplaba con felicidad y tristeza especialmente el área abdominal , su busto había pasado a copa C y su cintura había alcanzado los 130cm, ella consideraba que nunca antes se había visto mas hermosa que en los últimos 7 meses. Minutos mas tarde un grito la sacó de su placentero trance, era su esposo apurándole pues se hacia tarde para la cita, ella salio de su habitación al pasillo y miro de reojo el cuarto a su derecha, era un cuarto que su esposo se negaba a desalojar, lleno de juguetes, ropa y muebles viejos para bebe, bajó las escaleras, salió de su departamento y se encontró con su esposo en el auto.
Durante el camino a una supuesta clínica hubo un silencio profundo y cuanto más se acercaban a dicho lugar, mas cabizbaja se le veía a ella. Cuando llegaron, ella bajo sola y su esposo pregunto en tono seco y golpeado si quería que pasara por ella, la mujer negó con la cabeza y se fue, se encontró frente a un edificio descolorido y medio derrumbado al final de una calle cerrada; entro por una puerta de lamina negra, dentro del lugar además de humedad solo había un par de sillas, mas al fondo una cortina de baño de pared a pared que había visto anteriormente.
Al escuchar sus pasos una figura se aproximo del otro lado de la cortina, era un hombre de bata blanca que de inmediato dijo –llegas tarde, pasa rápido-.La mujer paso debajo de la cortina y pese a la luz del gran reflector que la deslumbraba, pudo divisar una mesa metálica a la cual subió, por otro lado una mujer de unos 85 años con uniforme de enfermera. Cerró los ojos y empezó el movimiento, le molestaba mas que nada el frió del metal, casi al terminar solo escucho unos gritos y posteriormente abrió los ojos, el doctor la miro y señalando un bulto de unos 30cm en una tabla en el suelo dijo:
-¿Que piensa hacer con eso?
-se lo regalo.
-pase a pagar a la caja por favor.
La mujer atravesó la cortina y literalmente dejo en una caja de cartón al lado de la puerta 4 billetes de 500 antes de salir del edificio. Decidió caminar hasta su casa, no se encontraba bien, se sentía del todo vacía, sin chiste ni gracia alguna, hasta síntomas de enfermedad comenzó a presentar, al llegar a su departamento su esposo le pregunto tratando de utilizar un tono fuerte que en el momento se quebró:
-que le hiciste a este?
-si te sirve de consuelo, Lo di en adopción.
Estas palabras aunque tristes, resultaron un poco de consuelo para el marido, al menos no tendría que levantar otro mosaico del departamento y escarbar como un loco hasta dejar un hoyo lo suficientemente profundo como para enterrar el terrible recuerdo del crimen del que formaba parte como lo había hecho tantas veces que había perdido la cuenta. Esa noche no durmieron juntos sin embargo al otro día como en muchas otras ocasiones, la última hacia ya 271 días, sintió pena por su mujer que vagaba por la casa y no se hallaba por ningún lado además de que ya estaba a sus entrados 40 y su cuerpo no le permitiría continuar esta masacre. Tomó la mano de su mujer totalmente deprimida y la llevo hasta el cuarto donde retozando le daba su, talvez, última oportunidad, el con la esperanza de conservar al menos un hijo de tantos que había concebido y ella con la incertidumbre de que haría para mantener a este probable ultimo dentro de si para siempre o el mayor tiempo posible o quizás una ves afuera solo tendría que meterlo de nuevo de algún modo, no estaba segura. Al otro día por la mañana lo primero que hizo al levantarse fue correr a la tienda por una prueba de embarazo, entró al primer baño publico que encontró e hizo la prueba, esta dio positiva. No podía esperar para darle a su esposo la gran noticia…