Poema dedicado a mi reina, la dueña de mi corazón Venus Maritza [yetsenia]

Nadie te apartaras de mis sueños,
Ni de mi sentimiento, de mis pensamientos;
El día dejaría de existir, y la luna se turbia de alumbrar.


Las noches no esperaría a la claridad
Como de costumbre diaria.
El verano no seria tropical.


Las flores dejaran de brotar en primavera
Y no darán su acostumbrado perfume,
En los jardines y en los campos.


El rocío cesaría de acontecer y caer
En las montañas, en la mañana.
Y las lluvias puras y frescas,
Cristalinas perderían su claridad.


Los océanos perderían su matiz azul
Al observarlo a la distancia.


jamás te sacaré de mi mente.
Te llevo siempre presente.
Y te pasearás triunfante en mi memoria.

Con la bandera en tus manos de la victoria
Nada hará cambiar mi forma de amarte.
Y extrañarte.

Quizá nunca toques mis manos,
Ni acaricies mis cabellos en una noche,
Que invite a una intimidad delirante.


Más mi alma travesara fronteras,
Y estará allí junto a ti para amarte.

Traspasando obstáculos y confines sin tregua,
Ya que estamos en una lucha
Que tenemos que vencer contra corriente.
Por la distancia amor de mi beldad.

Te amaré hasta el amanecer,
Hasta dejarte extenuada, llena de mi amor,
de mis caricias y mis besos.


y lloraré de emoción al sentirte solamente mía.
Permaneceré siempre a tu lado.

Estaré en tus noches tristes,
En el susurro del viento por las tardes.



Cuando creas que la noche ha llegado

Y todo sea oscuro.

Por ti estaré en una estrella

Alumbrando tú destino

Para que puedas seguir tu camino.

Clamaré a Dios para que seas feliz.
nunca te olvides de mi.

Autor John Anthony