Es una palabra exacta, llena, aislada, intimidante.
Sinónimo de sudor, miedos y nervios,
rabia soledad y vacío...
con callejuelas de cansancio
y miradas ultrajantes.
Es latidos a mil por hora,
son labios riendo de llanto...
los ojos alegrados de espanto.
Es ganas de hacer nada,
convirtiendo la nada en melancolía,
es fingir alegría.
Es encontrarlo en una esquina
y pagar por una hora.
Es llenar hojas con nada
odiando al mundo para querer el universo,
de alguna forma apreciar lo intenso.
Es pedir disculpas sin querer
o encontrar un camino de bodegas cargadas.
Es caminar llorando los pasos,
o amar los momentos evitando los encuentros...
encontrar algo y luego perderlo.
Es recibir una carta y botarla,
dolor y rechazo a la pasión,
es olvidar la razón.
No querer estar ni aquí, ni allí, ni allá
es decir la verdad
o mentir para no pelear... mentir para alegrar.
Es seguir y no parar,
es escuchar y hacer callar.
Es no atreverse a responder,
tenerle miedo al poder, a la palabra.
Es hostilidad echa carne
corriendo en ríos de espanto.
Es escribir celebrando,
acostarte llorando, vivir mintiendo y amando,
pero ¡por la mierda!... Dudando.