Escribir inspirado no es cosa de nadie;
quizá ninguno sea un genio.
Pero dió la casualidad que el ebrio numero uno se despacho con un cuento estupendo:
Tiene que ver con tener que enfrentar pronunciar el idioma del dramaturgo estando desacompasado con esa índole. Un punto neurálgico. Pero el silencio es egoísmo, por lo tanto sale el pensamiento a darse a conocer.
-Bueno, primeramente agradecer la esforzada presencia de ustedes, el lector.
No acuerdo con la falsa humildad, pero siento que
soy un tanto ignorante como para estar enseñando una verdad. El arte está (yace) en el interior del artista, y finalmente emerge, cargado de una energía particular que se plasma en la realidad.
En sí las historia son los más confiable para saber si el que redacta es auténtico, porque allí existen los famosos códigos, parámetros, cosas de donde agarrarse para no caer al precipicio. En cambio en un cuento fantástico, las reglas las pone la lógica.