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Inicio / Cuenteros Locales / kayla / La princesa que no podia llorar

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Erase una vez un país muy lejano, y muy distinto a todos los demás reinos que abundan en los cuentos de hadas, donde nació una princesa.

En él no abundan los extensos jardines, frondosos bosques, títeres y bufones. Aquel no era uno de esos reinos en los que las princesas andan siempre tristes debido a las envidias, siendo víctimas de ciertos acontencimientos a los que no pueden hacer frente, resignándose en muchos casos a las pautas que les marca el destino.
Pero este no es el caso de nuestra protagonista, Ella vivía en un mundo gris, sin principes aduladores, sin bufones, sin árboles, e incluso sin espejos, de forma que creció sin contemplarse nunca a sí misma, sin nociones de belleza o fealdad.

No estaba acostumbrada a recibir órdenes, y tampoco a darlas, pues las guerras casi los habían dejado sin súbditos. Sin embargo, una vez siendo bebé, descubrió la risa, y no la abandonó nunca. Siempre una sonrisa en sus sonrojados labios, ella nunca había conocido el llanto: No podía llorar, esto no preocupaba a los reyespues se alegraban de la felicidad de su retoño.
Pero llegó el día en el que el primer problema ensombrecería la mirada de aquellos reyes, uesto que la princesa se encontraba en edad casadera y en aquellas tierras no podrían encontrar un pretendiente con el que perpetuar su legado.

Así, prepararon la princesa para que encontrar marido y ella partió en un viejo caballo a cumplir su misiva.

Cuando llevaba un buen trecho cabalgando, advirtió que el paisaje había cambiado, y ya no era gris como la piedra, sino blanco como el hielo. Un nuevo sentimiento anidaba en su corazón, ella, que nunca había sentido ni frío ni calor, pues en su reino no había cambios de estaciones, empezó a sentir como se le congelaban las manos, vió como una bandada de pájaros huían de aquel escenario y empezó a reir.
-¡Silencio! - le espetó una anciana desde detrás de unos arbustos
-¿Hay hombres por aquí?-preguntó la sonriente princesa
La anciana, tras contemplarla detenidamete, contestó:
-Necesitas comer y abrigarte. Ven conmigo.

La llevó a su casa y le dió cobijo y alimento. Una vez que la princesa hubo recobrado sus fuerzas, preguntó:

-¿Cómo se llama este lugar?
-Nos conocen como "Reino del Miedo"
La princesa guardó silencio, pero sus ojos eran dos interrogantes-
-El miedo nos venció, ahora somos desconfiados, nunca miramos a la gente a los ojos y nunca abrimos nuestras casas a los desconocidos.
-Entonce..yo...
-Tu eres una excepción en mi vida- le cortó la vieja-¿Buscas a un hombre en concreto?
-Solo busco a aquel que ha de acompañarme a mi reino.
-¿Como se llama tu reino?
-Olvido.
- Quedate aqui esta noche y pregunta mañana, en la plaza si algun hombre quiere acompañarte al olvido.
A la mañana siguiente, encontró la plaza en el centro de la aldea.¡¡¡Huian de algo!!! Cuando ella nunca sintió la neecesidad de huir. ¡¡Nadie la miraba!! Todos esquivaban su mirada, pero ella estaba allí buscando algo y tenía que que intentarlo.

- Busco un hombre que quiera acompañarme hasta Olvido.- dijo en voz alta
Nadie contestó. Nadie se atrevía a hablar. Tan solo un muchacho, pasados unos minutos, dijo:


-¿Olvido es un reino? ¿Cómo se llega?
-Retrocediendo.
El muchacho salió corriendo, mas ella volvió a insistir:

-¿Hay algún hombre aquí que desee acompañarme hasta Olvido?
Silencio de nuevo. Ella sonrió. La miraron asustados, quizás también temieran a la risa.

- "Tal vez"-pensó - "ni siquiera sean capaces de dormir… sentir tanto miedo debe ser agotador".
Y retornó su camino, alejándose del reino del miedo, buscando, de nuevo, una tierra en la que pudiera encontrar al hombre que la acompañara hasta Olvido.

Cáia de nuevo la noche cuando cambió de nuevo el entorno por el que camiaba. El hielo había desaparecido, ahora se encontraba en un edén.
Ahora conocía dos sentimientos nuevos: el agradecimiento y el miedo.

Cerró los ojos y dió vía libre a su cansacio. Durmió plácidamente, , al despertar, observó como muchos pares de ojos se centraban en ella.

Cuando volvió a abrirlos, se encontró rodeada de gente que la miraba con mucha curiosidad.

Ella les respondió la mirada hasta que un muchacho abrió la boca para saciar la curiosidad de todos.

- ¿Que te ocurre?
- Solo dormía - respondió la princesa

Y todos se alejaron, en vista de que no tenía nada que contar, quizás estuviera loca. Y solamente quedó a su lado el muchacho que anteriormente había hablado-

-¿Como se llama este reino? - Preguntó ella para romper el silencio.
- Este es el país del arte - respondió, orgulloso, el muchacho.
-¿hay hombres aquí?
-¿Cuántos quieres?
- Solo uno. Uno que esté dispuesto a acompañarme a olvido, mi reino.
-Sigueme- obtuvo como única respuesta.
Y ella lo siguió hasta su casa, una hermosa casa llena de adornos y espejos. Rodeada de plantas y flores.


- "Necesitarás mi ayuda; eres ignorante pero yo soy generoso" - dijo el chico - "Espérame, voy a conseguir algunas cosas que vas a necesitar. Tú aséate y disfruta de la estancia. Sigue mis consejos y de aquí llevarás un hombre a olvido.
Ella sonrió ante sus palabras, pero siguió su consejo, se aseó, y esperó su vuelta.

El traía tantas cosas que necesitó llenar dos alforjas para transportarlo todo. LLevaba con él, para el asombro de la princesa,vestidos de seda, un corsé, zapatos de tacón, algunas joyas, perfume, algo de maquillaje y un pequño espejo

-Te voy a convertir en una dama
-Ya soy una dama
-Dejame, y una vez veas la transformación, podrás darme las gracias
Y aceptó, no sin cierto excepticismo.. Ella vio el resultado en un espejo, pero no se sintió diferente, sin embargo el chico se empeñó en presentarla en sociedad aquella misma noche. y, a pesar de todos sus reproches, una vez más, acabó accediendo.

- A veces es necesario perder el tiempo para ganarlo - pensó
Al caer la noche, ambos entraron en un sutuoso palacio al son de las melódicas notas que dejaba escapar la orquesata. Y ella intentaba seguir las normas de aquel extraño reino, sincronizado en tan falsa armonía.

Y llegó el momento.
- Fijate en sus ojos - le dijo el chico - nadie baila con quien realmente desea, pero juegan a buscarse....y encontrarse

El baile entero paró cuando, encontra de todo pronóstico, ella se puso en pie y habló:

-El corsé me impide respirar, los zapatos me aprietan, la charla me aburre, no se bailar vuestra música, y no he venido aquí a asoportaros, sino a encontrar al hombre que me acompañe a olvido.¿hay alguno dispuesto a emprender conmigo el viaje?

Era la primera vez que rompían sus esquemas y todos enmudecieron.

Y, poniéndose a bailar, descubrió en placer de romper las reglas establecidas. El poeta la acompañó en el baile y ella, entre risas, le pidió que la acompañara a olvido.
- Nunca te comprometas con un poeta… nosotros rendimos culto a la belleza… pero la belleza siempre es efímera; no podemos dar amor… - le avisó - el poeta necesita ser inspirado, el aburrimiento lo consume…seré más feliz recordándote, culpándome por no haberte acompañado y dedicándote versos en la distancia que acompañándote a tu reino.

De vuelta, el le otorgó uno de los vestidos que le había traido, para que la acompañara en su viaje, como recuerdo, y el espejo y ella, aceptándolos, continuó su camino.

Otra noche más, otro cambio de paisaje, lo árboles ahora eran cultivos y las casas grandes. Ella llamó a una de las puertas, en las que abrió un matrimonio.

- Vengo de lejos y necesito cobijo para pasar la noche, pidió ella.

Ellos la examinaron concienzudamente y le abrieron las puertas de su morada.

Sentados en la mesa, el hombre preguntó:
-¿que te ha traído a la tierra del saber?
-Busco un hombre que me acompañe a Olvido, dijo ella cansada de repetir siempre lo mismo.
- Una espuesta muy ambigüa ¿para que quieres un hombre?
-Para casarse conmigo- aclaró- pensé que se daba por supuesto.
-Pues no - comentó el marido - podrías haber querido simplemente un escolta-

Ella se rió.
-¿he ido tan lejos para buscar un escolta que me acompañe a la vuelta?
-¿Qué clase de hombre buscas?
-La clase de hombre que quiera venir conmigo.
-¿sabes lo que es el amor?
-No
- ¿Y tú, qué le ofreces a cambio a un hombre?
-¿Acaso debo ofrecerles algo?
- ¡quien pide debe ofrecer algo a cambio!-
Ella quedó pensando en ello uy se retiró a dormir, pues estaba cansada.

Tampoco allí conoció al hombre que habría de acompañarla a olvido, pero si conoció el odio tras todas las palabras que tuvo que escuchar esa tarde en el foro.
- Valgo lo que yo esté dispuesta a aceptar… ¡y no os acepto a ninguno de vosotros!- dijo como despedida antes de continuar su camino.

De la tierra del saber, se llevó como recuerdo un libro con una dedicatoria que decía: "A pesar de lo malo, jamás deseches lo que has aprendido".

Caía de nuevo la noche cuando la princesa descubrió dos torres enormes y un puente levadizo que bloqueaban su camino. Había dos centinelas guardando las torres, en las que en su entrada podía leerse un cartel que ponía: "la tierra del poder"

- ¿poder para que? - se preguntó la princesa
No le inspiraba confianza aquel lugar, así qeu buscó un lugar seguro, fuera de sus puertas, para pasar la noche.

Cuando se despertó, descubrió que su caballo no estaba, todos sus recuerdos habían desaparecido, y ella estaba encadenada dentro de una jaula. No podía creer que eso estuviera sucediendo.
Escuchó unos pasos acercándose y solo pudo decir:

- ¿Hay alguien ahí?
-Has sido detenida en nombre del rey - contestó una voz
- Soy la princesa del reino del Olvido. Si tu rey quiere que me ejecute, y si no que me saque de aquí.
Al rato estaba desatada, en presencia del rey.

- ¿porque se me ha detenido?
-Aquí, yo pregunto, tu respondes - dijo el rey - ¿qué hacías en mis dominios?
-Busco un consorte - respondió ella.
-Aquí el único consorte de tu alcurnia soy yo.
La princesa rió
- no me apetece casarme con quien me detiene arbitrariamente, me roba mis posesiones y sólo se digna a escucharme por mi alcurnia.

-Cuida tus palabras, recuerda que si vives o mueres, si sales o permaneces aquí, depende de mi voluntad.
-No te temo
-Serás mi huésped. Si eres la princesa de olvido, mi esposa, y, si no lo eres, serás ejecutada.

Nunca regresaron los emisarios de Olvido y, pasados 10 días, fue anunciada su muerte, al día siguiente sería ahorcada.

-¿alguna última voluntad antes de morir?
- Me voy a ir, dijo la princesa, puedes mandar a alguien que me mate por el camino o, simplemente, dejarme marchar.
Y se fue. Nadie la detuvo.

Caminó sin alterarse, sin correr, hasta verse fuera de las lindes del palacio. En vista de la falta de caballo y provisiones, decidió volver a Olvido.
Bebiendo en un río, escuchó relinchar a su caballo, al que encontró atado a un árbol junto a su atillo. No le faltaba nada, contenía provisiones nuevas y un báculo con el símbolo de un dragón.
Sintió la tentacion de contemplarse en el espejo, pero no sontempló a ella, sino un par de ojos que la acechaban ocultos en unos matorrales.

Fue atacada y su instinto hizo que clavara su puñal en el corazón de un lobo, dejando su vestido manchado de sangre.
El ver el cuerpo sangrante y sin vida del animal, hizo que las lágrimas cayeran de las cuencas de sus ojos, y lloró, por primera vez en su vida, lloró, por primera vez en su vida, conoció el llanto.

LLoró pues el lobo solo respondía a su instinto
LLoró por su afán en aferrarse al puñal
LLoró por la pérdida de una vida
Lloró al descubrir que los ataques mas certeros siempre llegan por la espalda
Junto al lobo murió un temor; el temor a no tener sentimientos.
y mientras lloraba, unas manos se posaron en sus hombros y una cálida voz dijo:

-Por fin has conocido las lágrimas, princesa.

Se dio la vuelta y frente a ella encontró la familiar cara de un hombre
- Eres admirable - volvió a decir el hombre

- ¿qué tienen de admirables las lágrimas?
- No llorabas cuando supiste tu vida amenazada… y, sin embargo, lloras por haber acabado con la vida de un lobo-

-¿Quién eres?
- Otro caminante como tu, que tambien busca algo. He viajado durante años. He ejercido todos los oficios y me he inventado otros tantos. He conocido muchas princesas y ninguna merecía mi respeto

Se sentaron, conversaron y ambos rieron
-En mi reino nadie conoce la risa.
-¿Cuál es tu reino?
-Se llama "Recuerdo". Es vecino del tuyo. Nadie puede reír porque todos se aferran al pasado y los recuerdos siempre tienen un sabor amargo o de nostalgia. No hay nada más triste que un recuerdo feliz. Yo buscaba la risa… ¿Me permitirás acompañarte hasta Olvido?-


-¿Qué me ofreces?- preguntó la princesa recordando la tierra del saber
- A mi persona… a ratos soy valiente y, a ratos, cobarde, cometo errores pero en ocasiones tal vez resulte inteligente, soy poeta cuando me conviene y prosaico cuando es necesario… no soy perfecto, pero quedaré en tus manos… cuando quieras, estaré a tu lado… y cuando no, estarás sola.

- Sólo me queda una duda¿Qué es lo que queda cuando, por la noche, cerramos los ojos?
-Sólo queda lo que realmente importa…-

Se besaron, enterraron al lobo junto al puñal que le dio muerte y marcharon juntos a Olvido., que fundió su territorio con Recuerdos

Texto agregado el 09-11-2008, y leído por 997 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
09-11-2008 Me encantó tu cuento, fue un verdadero placer leerlo. neige
09-11-2008 Primera vez que te leo. Hermoso cuento. Cargado de un sinfin de alegorias. Sugerente y aleccionador. Un placer recorrer tus palabras... gerardwalt
 
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