Me has manchado la cara
con la sangre invasiva de tus muertos
y camino por las calles arrastrando
los cadáveres que me dejo tu cuerpo,
me maquillo las heridas y las llagas
con un poco de terciopelo negro
y juego con colores y sustancias
cuando el reloj avanza en tu frío recuerdo.
Destino acorralado en la mirada
voy escupiendo,
en esta absurda traición recién fundada,
en esta apuesta perdida
desde el primer intento…
Texto agregado el 08-11-2008, y leído por 145
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