CUATRO PROTOEMAS PARA DESENCANTAR A LA PECOSA


I

Alguien camina rengo cansando el asfalto, es, es solo una esperanza, nadie mas vendrá, a esta hora no se hacen visitas que por obligación no sean pesamentosas, así que no vengas con ese silencio pidiéndolo todo, no catapultes tus aromas en el ambiente ni me salpiques con tu miedo, llévate lejos de mi esa piel repleta de babas y perfumes desodorizantes, no te ofrezcas como un comestible, no te voy a tragar, eres de untar, tópica, pero andas demasiado gastada, y mi piel nazarena no soportaría otra noche mas frotada contra tus huesos.

II

Me dejas tirándole piedrecillas a la media luna de tus tetas, en esta noche pecosa, si pudieras formular una pregunta que me perturbe la inteligencia (es decir, ese conocimiento de infante que traigo en mi cabeza) te juro que distraería fácilmente el tedio; pero de posos y mares se me hace el recuerdo y en ellos se reflejan otras lunas y otros pechos, prefiero desperdiciar allí mis ultimas piedras, quizás en una onda o en una ola pasajera vengan cabalgando las noches y los pechos que realmente necesito, no los tuyos.

III

No claves mas tus ojos en mi piel, mi cuerpo es nada pero te aseguro que el tuyo es menos, por eso cuando me miras como un perro mojado y hambriento, no podría ofrecerte una palabra sincera, ni siquiera un beso o una caricia. El tiempo no mejorara las cosas ¡ENTERATE!, los segundos se te acumulan alrededor y te fabrican las murallas donde te exilio.

IV

Me cansaron tus coitos monorrítmicos, tus lagrimas insobornables, tus risas pregrabadas de programa cursi norteamericano, tus teticas casi de látex que no emanan sino complejos de culpa por ser tan chicas, tus teorías del mas fuerte, tus constantes tics, tics, tics, al quitarte la ropa, y tu afán para vestirte y ordenarlo todo como si aquí no hubiese pasado nada, todo me cansa y me fastidia pero pese a todo………………. Gracias.