LA FIESTA EN LA ALIANZA FRANCESA
En Santa Fe, cuando decidíamos ir a un baile tenía que ser gratis o muy barato, por esa razón, siendo estudiantes casi nunca íbamos a algún baile, salvo el del día de los estudiantes o de la primavera, que se realizaba en nuestra facultad de ingeniería química.
Una excepción fue el baile que organizó, para el día de conmemoración, de la Revolución Francesa el Centro Francés en el boulevard Gálvez.Esa fiesta fue algo impensado para mi y mis amigos que fuimos allí, era un ambiente diferente al que solíamos frecuentar y relacionarnos con la gente no nos fue fácil.
No teníamos ningún grupo de amigos y al principio estábamos como apartados de todo; mirando como se desarrollaba la fiesta.
Como era previsible la fiesta comenzó con La Marsellesa, que entre los franceses que había generó una gran excitación, lo que permitió que a renglón seguido se pusieran a bailar, por supuesto música de tipo Frances aunque alegre, yo miraba y veía que en una mesa había una morocha muy linda y quizás muy alta, estaba sentada y no la podía comparar con alguien, no se la veía en pareja, solo acompañada por personas grandes , con las que conversaba.Cuando hacía un rato que estaban bailando y hube dado una vuelta completa por todo el salón, buscado la que podría ser mi pareja, decidí ir y sacar a esta morocha que cuando la mire mantuvo su mirada ; y tal como era la costumbre la cabecee y al recibir su respuesta fui a buscarla.
Estaba ansioso por verla parada, y cuando finalmente la vi me quede admirado era realmente muy bonita, delgada y alta pero como yo, cabello negro y largo, tez muy blanca y ojos negros grandes y brillantes.
Caminamos hacia la pista y la música ya era de tipo latino con ritmos conocidos del
Club del Clan, de Palito Ortega, empezamos a bailar y como se estilaba en esa época a conversar, cruzando información de que hacíamos y quienes éramos.
Al principio me contó que estaba en el último año de la escuela normal, y que se iba a recibir de maestra; yo le conté que era maestro egresado de una escuela normal regional y que me estaba por recibir de ingeniero químico, era mi último maño y estaba por rendir el proyecto.
Gracias a ella pasé una linda noche, me contó que tenía un novio que era marinero y venía a verla cada 3 meses, del relato no surgía una gran relación, pero esa era mi opinión que no se la transmití a ella.
Me dio la dirección de su casa y yo también, como yo no tenía teléfono quedé en ir a buscarla algún día a la tarde cuando ya no estaba en la escuela, pero quiso las circunstancias que una tarde temprano caminado por el centro la encontré con una amiga.
Allí la saludé y quedamos en vernos en el mismo lugar al otro día pero solos, nos despedimos y la ansiedad me carcomía para que llegara el momento, como todas las cosa al fin llegó y la vi, estaba de short y blusa, era verdaderamente hermosa, caminamos por el centro a lo largo de la calle principal en dirección opuesta a mi casa de estudiante, en esta parte del relato debo confesar algo: por mas que lo intento no recuerdo su nombre.
Cuando volvíamos no la había tomado de la mano ni hecho ningún mimo, pero me moría de ganas de darle un beso o unos cuantos, para ello decidí invitarla a mi casa de estudiantes esperando que me diría que no
Quedé absolutamente sorprendido al decirme que bueno, le dije que tomaríamos un te, porque yo no tenía costumbre de tomar mate.
En mi casa vivíamos nueve estudiantes pero en algunas horas había pocos o ninguno porque estaban en la universidad.
Llegamos, la hice pasar a mi pieza y le dije voy a la cocina a calentar el agua para el te, en la vuelta que di le avisé a los que estaban que no fueran a la pieza que estaba a la entrada de la casa.
Preparé el te y con unas galletitas, lo serví, conversamos de nuestras vidas, nos contamos muchas cosas del pasado pero nos abrimos sobre lo que deseábamos para el futuro. A medida que el te se terminaba, la invité a sentarnos en la cama, una costumbre muy estudiantil y en este caso muy justificada .Después de eso vino el silencio, ya no conversábamos, nos tomamos de las manos era piel de terciopelo, blanca que contrastaba con su pelo negro, la trataba con el mayor respeto, no había ningún intento de besarla, Después de un largo silencio, la abrace por la cintura y la atraje hacia mi, no hubo reacción ni ninguna oposición para que después de eso la besara. El primer beso fue escueto y con sabor a nada, pero la cosa no terminó, la bese con toda pasión y ella se entregó y también puso su boca y me besó y dejó que la siguiera besando.
No hubo intención de ir a otra etapa por parte de ella y yo la respeté, pero el rato que pase y los besos fueron inolvidables.
La facultad, los problemas del final de la carrera me separaron de ella y nunca más la volví a ver.

JORGE EDUARDO SANTA FE1966
LA PLATA OCTUBRE 2008-11-07