TU ESTRELLA


Tú eres el hombre burlándose del hombre,
eres la esencia del peor de los pecados,
calmas tu sed en fuentes de lujuria
y camuflas con fango tu indecencia.
Sé del trinar de alondras que tu envías
bordando con sus bocas primaveras
y escondiendo en las alas sus mentiras.
No me subyuga la altivez de tu soberbia
ni escucho de tu abismo su llamado,
lo fastuoso de tu vida no me engaña,
todo presente se inspira en su pasado.
Me he cansado de oír a seudos próceres
declamar la virtud que trae tu estrella,
no es el yugo imperial, son las culturas
las que engendran mañanas y destellan.
Ya nadie cree la farsa de ese juego
que a los fines sagrados del poder
le confisca a los pueblos sus raíces
y da consignas pueriles del deber.
Bendijiste en su cuna el desvarío
que hizo desaparecer a mis hermanos
por la incurable costumbre de pensar,
atroz la cobardía que subyace
en la ignominia de no decir: “matar”.
Sé que es tu don parir falsos profetas
que con veneno horadan nuestras úlceras,
no quieras endilgarme al ver tus grietas
los negros ostracismos del asceta,
que puedo yo saber de sus meandros,
solo sufro tu culpa y la desangro.
Aunque te cierres en todos tus rencores
mientras robas la miel de mi colmena,
nadie escapa al Juez y a su designio:
“los seres puros se nutren en cariño
y se mueren de sed los pecadores”.
Hay mucha sangre regada por tu espada,
hay muchos sueños que no serán jamás,
pero aún es tiempo que enmiendes tus errores,
que nos respetes y quites tu soberbia,
muestra grandeza, no la pregones más.