Escucha la música alegre que brota de tu corazón y déjate llevar, baila con ella y en ella y así serás música tú también. No pienses en el destino, en el final de tu danza: sólo baila y siente esa música, tu música, más cercana, más profunda, más brillante, más clara, cada vez. Equilibrio, belleza, armonía y ya estás construyendo, creando y tampoco usas palabras porque la vida ya lo entiende todo.
Baila, baila y baila, la música marca el ritmo, marca el compás, y, si lo sigues, nunca te cansarás. |