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Una motivación

Una noche una pareja de jóvenes con brillante mirada, caminaban por la acera de una angosta calle, conversaban amenamente y se sonreían mutuamente con ternura y complicidad. Dios sabía del huracán de emociones que había en aquellos corazones.

Caminaron hasta llegar al final de la acera, en ese punto cada quien iba por diferentes caminos, entonces se despidieron con un suave y apasionado beso, lleno de toda la esperanza y la fuerza que un ser humano puede necesitar.

Tomaron sus caminos, la chica quien era muy distraída mientras caminaba, cruzo el parque central de aquella ciudad y siguió por la acera. Como solía hacer cada noche mientras caminaba, miro hacia el cielo y sonrió al ver una hermosa luna rodeada de brillantes estrellas, era hermoso y a ella le encantaba. Bajó la mirada nuevamente y noto que frente a ella, venían dos mujeres conversando, ambas manejaban distintos cochecitos, desde donde miraban con curiosidad una niña de contagiosa sonrisa y un niño de hermoso mirar, la chica los vio un segundo con ilusión, luego se percato que la acera era muy angosta para que pasaran los tres, así que sin siquiera fijarse en lo que hacía, bajó de la acera y entonces ocurrió.

Fue como si no pasara nada y muchas cosas al mismo tiempo, escucho tras ella unas voces que gritaban asustadas “cuidado”, sintió un fuerte golpe, luego volaba por los aires, vio por un instante todo de cabezas, sintió el frió suelo bajo ella y luego nieblas.

Después de lo que pudo haber sido unos segundos o muchas horas según le parecía a la joven, despertó y se encontró acostada sobre un suelo tibio, casi calido. Al sentarse para observar mejor, se vio en el lugar más extraño jamás imaginado. Un cuarto redondo de un deslumbrante color blanco azulado, se puso en pie, un poco atontada y examino el lugar a fondo. La habitación estaba completamente vacía a excepción de una extraña esfera transparente de cristal, de gran tamaño, sostenida en un pedestal de lo que parecía ser mármol blanco.

Siguió viendo alrededor de la extensa habitación, no había absolutamente nada más, dio casi la vuelta entera a la circular pared en busca de una puerta y efectivamente la encontró, vio una manija color plata e intento abrirla al instante, pero fue en vano, lo intentaba cada vez con más fuerza, pero era inútil, entonces, cuando iba a empezar a golpear con la idea de que alguien se percatara de su presencia, escucho una suave voz tras ella.

-No lograras abrir esa puerta.

La joven volteo y vio frente a ella a ¿Qué era? ¿Hombre o mujer?

Llevaba el cabello liso, muy largo y las facciones de su rostro eran gruesas pero delicadas, era un rostro hermoso con un gesto que inspiraba tranquilidad, noto que llevaba un traje blanco, y fue apenas al notar las vestiduras de su extraño acompañante, que se percato que ella misma estaba desnuda. Se sintió un poco incomoda por un momento pero entonces al ver hacía aquel rostro nuevamente sintió mucha calma, quien quiera que fuera no se fijaba en su cuerpo, solo en sus ojos con extrema tranquilidad.

-¿Quien eres?- preguntó la joven.

-Aún no es el momento de que sepas eso – respondió

La chica no estaba satisfecha con esa respuesta, y se confundía cada vez más, pero entonces recordó que debía salir de ese lugar.

-¿Por qué no puedo abrir? ¿Tú puedes hacerlo? – le preguntó la chica a su acompañante.

-No es momento aún de que cruces esa puerta. – respondió este último.

-No entiendo, ¿Qué no es momento? ¿Cuándo será entonces según tú?

-Eso es algo que tú debes decidir.

La joven recordó de pronto que hacía unos momentos estaba camino a casa, algo había ocurrido, pero ¿Qué?

-Cada vez entiendo menos, ¿Dónde estoy? ¿Qué ocurrió? ¿Cómo llegue aquí y como salgo?

-No es nada complicado, tuviste un accidente, te atropello un vehiculo, tu cuerpo esta en este momento en un hospital, en lo que a ustedes les gusta llamar “estado de coma”.

La chica no daba crédito a lo que escuchaba, debía estar soñando. Se quedo unos momentos viendo a su extraño informante y luego toda la habitación, como en busca de algún indicio de que efectivamente era un sueño. Su acompañante sonrió y la miro por un momento, luego camino hacia la esfera transparente. La chica se sorprendió al notar que con el tacto del dedo índice de su anfitrión la esfera tomo colores y se dibujaron en ella diferentes formas poco a poco. Cuando hubo terminado la metamorfosis la esfera había tomado la forma de un globo terráqueo.

Su acompañante toco el mapa de un pequeño país en el centro de América, al hacerlo el mapa de este país se hizo más grande, y así fue tocando en lugares específicos, hasta enfocar claramente la imagen de una chica dormida en la camilla de un hospital. Nuestra joven estaba fascinada con aquel extraño globo y se acerco más, sin embargo a medida que lo hacía iba reconociendo a la chica en aquella camilla, era ella misma, se horrorizo, no era ningún sueño.

-¿Voy a morir? – preguntó con un deje de tristeza.

-No lo sé, aún no has muerto, así que creo que tienes una oportunidad.

-¿Cuánto debo esperar?

-Eso tú lo decidirás

-¿Qué quieres decir con que yo decido?

-Eso precisamente, tú debes decidir. ¿De verdad deseas regresar?

La joven no dudo en su respuesta, definitivamente había algo que la impulsaba a regresar, lo sentía fuertemente.

-Sí, sí quiero.

-¿Por qué?

-¿Cómo que porque? Tengo una vida allá.

-Bien, ¿Crees que existe algo allá que haga de tu vida importante? ¿Hay algo que motive tus días, por lo que realmente valga la pena regresar?

No entendía porque preguntaba aquello, pero la respuesta era muy clara para ella y salió automáticamente de sus labios.

-Claro que lo tengo- dijo con firmeza.

-¿Estas segura?

-Sí

-Muéstramelo – dijo el ser mientras le señalaba el globo – muéstrame qué es lo que te llama, muéstrame tu razón y motivación.

La joven se acerco al globo, sabia donde buscar, dirigió su dedo índice al mismo sitio donde su acompañante había localizado su imagen, el exacto centro de todo el istmo centroamericano, un país relativamente pequeño. Al tocarlo se amplió el mapa de éste y localizo una pequeña ciudad en el pacifico del país, luego a un edificio en particular, hasta lograr enfocar en la esfera a un joven rostro, un chico de mirada entre dulce y rígida, el mismo de quien se había despedido momentos antes, sentado frente a un escritorio, en una habitación con otros jóvenes, conversaban y reían.

Parecía una discusión amena, estaban muy animados, el joven que ella enfoco opinaba, escuchaba y sonreía nuevamente, disfrutaba mucho esos momentos, eso ella lo sabía, la joven lo observo unos minutos, había ilusión en su rostro, mirándolo se sintió más viva que nunca.

Luego de unos momentos sonrió ampliamente, se dirigió a su acompañante y dijo con notable seguridad:

-Verlo sonreír, simplemente eso.

Entonces aquel ser le regreso a la joven una sonrisa de satisfacción, comprensión y cariño.

-Si es así, entonces no necesitas cruzar esa puerta todavía.

Coloco la palma de su mano derecha en los ojos de la joven y los cerró.

Luego de que sus ojos se cerraron la chica cayó en un profundo sueño, nuevamente inconsciente.

Cely

Texto agregado el 06-11-2008, y leído por 66 visitantes. (1 voto)


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