una vez, muy chico, te metiste dentro de un silo
y sentiste como tus pies se hundían
a través del maíz
cuando comenzó la asfixia
pensaste que eso era morir en el fondo del mar
siempre mejor que morir quemado
o de un balazo en la nuca. La conclusión era obvia:
de esa manera se ahogan los peces en tierra firme
tus pulmones son esas branquias
finalmente se había producido la transformación.
Pero el aire cálido se bebe el dolor que irradian las autopistas
hace unos meses
caminando por Maipú
no sabías lo que era un hecho irremediable
nunca te habían enseñado el momento
en que se inaugura la despedida
la manera de embalsamar la evidencia
de tantas ideas hipnóticas. Ansias limar
el Himalaya con tus ojos, no podrás
porque el viaje está llegando a su fin
te morís de sed
por eso llenas tu vaso con agua salada
crees que luego de unos horas la sal
se evaporará con la brisa
como la fantástica existencia
de los dinosaurios sobre la faz de la tierra.