Acepto mi condición de humano.
El placer me seduce.
Me seduce la vida
los monolitos
las conversaciones
los submundos.
Me atrapan
las horas
los parámetros
las estructuras.
Lo que nadie sabe
es que mientras estoy atado
y con la mano en la boca
sigo siendo libre.
Acepto mi condición,
desintegrándome
hasta decir lo que pienso.
Y quien soy yo
no soy mas que la disolución de un puñado de dudas
con un rotulo en la espalda
gritando mujer.
Conjugo la ilusión
mientras flirteo con el destino.
Soy el número de una tarjeta
que se desliza por un tubo.
Acepto mi condición de humano
Y sangro.
Texto agregado el 04-11-2008, y leído por 224
visitantes. (11 votos)
Lectores Opinan
25-11-2008
Sigo leyendote poco a poco y me sigues atrapando, muy bello poema. Felicidades ***** JAGOMEZ
21-11-2008
este es muy femenino... y si no tuviéramos un puñado de dudas para ir lanzando por las avenidas q andamos ya nos hubiéramos lanzado del puente más alto... no? erebo
12-11-2008
Me gusta el ritmo de este y otros poemas, y también hay sangre que se moviliza, eso me gusta. Ah, y quería decir que eso del número de la tarjeta resbalando por el tubo corta un poco la abstracción. Me quedo con eso, ese algo que puedo tomar y mirar. Saludos!! abin_sur
10-11-2008
Me gusta la fuerza que genera.Hay energía y vigor. miradorlontano
07-11-2008
Ritmo al compás de lo que se acepta y se denunca. Versos que dicen verdades, que no saben de silencios. FaTaMoRgAnA