Cien lunas iluminan un sendero,
de diáfano platino son sus vestes...
Son símbolos de Amor, labran las noches
pletóricas de sueños;
luna de sangre, luna de cristal,
subliman la belleza en ambrosía,
lujurias enigmáticas se urden
en los ebúrneos pliegues de los astros.
Luna de miel: derrama su fruición
sobre róseas mejillas;
la musa del poeta graba el sello
de las letras arcanas de las lunas,
nocturnales incendios se propagan.
Las caras del Bifronte se reencuentran,
Teseo emplea el hilo que lo orienta,
Odín pule su espada...
Cien lunas son espejos de las almas,
el Tao emerge de un opaco abismo,
oh misterios del álgebra,
oh letras que se bordan en el cielo.
Luna de mármol, luna de papel,
mudan sus tiernas órbitas,
los niños ven en ellas su inocencia,
luna de oro, luna de zafiro,
son música añorada del relax...
Un centenar de lunas rememoro
bajo el etéreo manto de una madre. |