No sabías de qué lado venía el arrepentimiento
tu mamá enterraba los camiones en el patio
a medio metro del aire
los juguetes duravit desaparecieron muy pronto
el elefante blanco de George
y todo el imaginario de la bondad
aglutinado entre los dedos.
No estaba mal para un chico
que había aprendido a andar en bicicleta de grande
te escondías detrás de la pileta en las reuniones
para aparentar que no estabas solo
después volvías diciendo lo bien
que la habías pasado
jugando al fútbol con los nenes o charlando
de cosas serias con Micaela. Nunca nada
como señalarte el pito
o andar insinuando tu sexualidad embrionaria. ¿Pero donde estaba Santiago
o tu hermano Damián?
Te sentabas en una piedra inclinada
a la sombra
a fingir que pensabas
pero el otoño iba a llegar muy pronto a tu conciencia
que se asomaba ante la crítica y la desolación.
La belleza tiene su precio
en la permanencia
sabías entonces
sabes
que el placer es una cuestión de moral
el dinero viene en containers gigantescos
pero vos habrías dado todo tu amor
por un amigo invisible
la construcción imaginaria de un romance de verano
cada vez que alguna te tiraba la boca
huías creyendo que eras valiente o actuabas
en pos de la venganza
siempre fuiste un mamífero
poco sometido a las normas
el caníbal de tus ansias
ahora ya no queres días de sol
solo un lugar para acampar y leer un buen libro
te atormenta que nadie pregunte por tu persona
que todos te den por muerto
peor aún, asesinado
en algún lugar del océano Atlántico.
Texto agregado el 04-11-2008, y leído por 363
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Lectores Opinan
08-01-2009
Me parece buen recurso: el caníbal de tus ansias.
Es poesía narrativa, no sé si no te convenga ponerla en prosa. Como sea, está buena. Dhingy
Dios. ¡Dios! ¿Tú sabes lo que has hecho? No, claro que no lo sabes. Has escrito uno de los mejores poemas que he leído en esta página hace muy mucho. Es el bueno, javi. rhoda