Ebullición
y dos cuerpos con fiebre,
y la pasión de un amor cierto
que abrasa, que aviva,
que invita
al reconocimiento de nuevos terrenos,
de nuevas estrategias,
y al dulce trayecto en coordenadas
simétricamente dispuestas.

Y la piel tibia tras esfuerzos pausados
esperan una nueva oportunidad
para descubrir un metal aún más fuerte
tras la aleación más perfecta que hemos descubierto:
la de tu corazón con el mío fundidos.

Blindados viviremos
buscando nuevas respuestas a nuestro amor,
una vida eterna llena de enigmas difusos
que se explican cada vez que me adentro en tu desierto
y en el oasis perfecto sobre el cual me detengo
bebo hasta el nuevo intento.