Inicio / Cuenteros Locales / Maurobtls / Las horas muertas
Después de la muerte había una puerta. La abrió despacio y encontró una habitación pequeña. Adentro se repartían el espacio un escritorio con papeles y un tintero, un perchero con sombreros, una ventana que daba hacia la nada, una mesita de luz con un par de libros que no había podido leer en vida, y en el rincón, la cama donde dormiría todas las noches durante la eternidad. Miro su reloj de pulsera, se había parado en la hora justo en que murió. "Las horas muertas" pensó. Por suerte en la habitación de al lado estaba Don Gregorio, el verdulero muerto la semana pasada, que tenia en su habitacion un ajedrez. |
Texto agregado el 03-11-2008, y leído por 227
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