Arrastrándose y arañando la tierra con desesperación.
Con el alma y el corazón totalmente desgarrados.
Echando gritos a la nada por todo el sufrimiento y dolor.
Asustado como un bebé que esta saliendo de la barriga de su mamá.

¡Grita!, ¡Grita!, ¡Grita! y ¡Grita!
Cayendo chorros de lágrimas sobre se cara sucia.
Embarrada con el polvo y la humedad que salían de sus ojos.
Golpeada su alma por aquella culpa y perdiendo aquel que se va.

Va allí saliendo por el gris umbral de la puerta acelerando sus pasos.
Dejándose perder en la inmensa y traicionera oscuridad.
Tratando de verlo por la ventada fue inútil, el color de la oscuridad es tan neutro.
Tan liso, todo es sin forma, todo es sin color… ¡todo es negro! e inmensamente inmenso

Sangre escarlata que corre por sus estrechas venas.
Más calientes y más veloz que de costumbre.
Su corazón acelera, y acelera. Como un motor acelera la velocidad.
El calor es más caliente que las brasas en su máxima temperatura.

Se siente como un perro castigado por no haber cumplido las reglas.
Agarrando con fuerza el rústico umbral de su estrecha puerta.
Sin saber dar los pasos volvía poco a poco para atrás.
Cayendo tirado al piso sintiendo desvanecer su cuerpo.

Con los primero rayos del sol volviendo en sí
Abriendo sus ojos, todo lo ve feo y sin color por que ya no está su amor
Siente como un puñal en alguna parte de su cuerpo, pero no sabe donde.
Quiere saber cual es la maldita cura para este dolor.
¡El dolor del alma se cura con el amor! ¡El del corazón encontrando su par!