LA ASIGNATURA DE RELIGIÓN
En nuestros días se pretende minimizar la trascendental importancia de la asignatura de religión, el conjunto de creencias a cerca de la divinidad, el mar de sentimientos de las normas morales así como las practicas derivadas de dichas creencias. La obligación de conciencia del cumplimiento de un deber de la católica revelada por Jesucristo o bien la que funda las relaciones del hombre con la divinidad de la misma naturaleza de las cosas.
Quizá sea la teología del dolor, el dolor tenue y sordo que nada tiene que ver con el concepto de jansenismo que exagera, la influencia de la gracia divina para obrar el bien, con mengua de la libertad humana. Está claro que, todas las religiones, engloban el sentido de la fé; creer o no creer, de la moral; la calidad de las acciones humanas que las hace buenas y de la ética; parte de la filosofía que trata de la moral, de las obligaciones del hombre ético, entendida como moralista. Existe también la teología ascética, parte integrante que se refiere, con absoluta renuncia de lo material, al ejercicio de las virtudes.
Religión es pues, fé, moral y ética. La frontera entre creer y no creer es delgadísima, por eso muchos creen o creemos, sin saber que creen. La conciencia del hombre es el referente humano. No podemos ni debemos, ignorar esta valiosa y substancial diferencia, que nos separa del mundo irracional. “Somos lo que hacemos cada día”, nos dejó escrito Aristóteles. Una clara expresión que hace referencia a la conciencia.
Sigo creyendo que, la religión, es la columna principal del frágil edificio humano y que no se llegará a la virtualidad humana sin el desarrollo de la psique. Todos los problemas personales y vivenciales son, sin excepción, el resultado sin culminación, de ese componente y determinante componente humano. La materia prima de la responsabilidad personal y colectiva, que debe poseer (y que posee) todo ser pensante.
Pero, si la religión engloba todo el sentido, por qué razón tenemos que prescindir de ella. No es cierto que el genero humano no es creyente. No se lo creen ni los que dicen ser ateos. Ser ético y moral no significa tener que vivir acongojado. Solo significa seguir el camino para el que hemos sido creados, por muchos desniveles, surcos y avalanchas que podamos encontrar en ese difícil y en muchas ocasiones, doloroso e interminable caminar.
¿Qué sabemos nosotros fuera de las matemáticas, la física y la química?
Los mil inventos de ahora mismo, tienen menos importancia que el invento de la rueda y de las sábanas, digo yo. Eso sí fueron creaciones, no lo de ahora que, con todo, en la mayoría de casos, siguen siendo adaptaciones; adaptaciones materiales, claro. Seguimos sin entender nada, todavía peor; seguimos sin querer entender nada, para no darnos cuenta de que, no sabemos nada.
Solamente nos queda esperar. No mucho. Y digo no mucho porque según vamos adelante, estamos continuamente yendo para atrás. Si fuéramos éticos de verdad, si diéramos en pensar en nuestra triste realidad de hombres incompletos, no seguiríamos en este mundo para pavonear sin ser pavos, insistiendo en seguir creyéndonos perfectos.
Somos los reyes del mambo, de la crema facial, del coche lujoso, del reloj de oro y...del cerebro vacío. ¿ No han escuchado Uds., delante de un micrófono, a una destacada política, a quién llaman la risitas, decir: “ Con ocho mil euros al mes, no llego a fin de mes?” Cuando sus oyentes – ahora todos tienen una radio o bien, un viejo televisor – casi siempre del vecino – disfrutan de unos ingresos de trescientos euros el mismo mes. Estos no la votarán, estos, ni siquiera votan.
Seguimos persiguiendo lo concreto, buscando lo propicio, lo favoreciente, lo material derivado de cinco sentidos de impulsos primitivos hacia logros connaturales. Poseemos las notas de una música incapaz de componer una melodía.
Deberíamos soñar con más frecuencia, con más intensidad de pureza hasta lograr un sueño propicio a resonancias que han de marcar la serena pauta de un alma inmaterial; pero concreta. ¿ Alguien medianamente inteligente puede creer que estamos en esta bola, que ya se resquebraja, solo, y solos, para llenar el planeta de mísera materia plástica?
Robert Bores Luís
P.de A. 2008-11-01
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