“Hoy día luna… día pena” resuena y resuena en mi cabeza, bonita canción que bien podría haberla escrito yo hoy, siento los parpados pesados y pegados, y los flashazos de anoche me dan nauseas, recuerdo momentos de risa y gritos, personas y rostros claros, muy pálidos, recuerdo que camine hacia la fiesta solo, recuerdo que no bebí mucho, por eso me extraña este sentimiento de devastación, no hay resaca, no hay alcohol, ¿Por qué entonces estoy devastado?
Pensé todo el tiempo en Ameli, me la imagine como siempre, como el recuerdo de una luna parada frente a mí, parada frente a mí para dar vida a la noche, habrán pasado 2 o 3 meses desde el ultimo abrazo, quizás ella esté como yo, caminando en el frio duro de noviembre.
Anoche Yinet estaba ahí sonriente, ella no era como la luna, ella era como un sol luminoso y desbordado, viéndome con su mirada perfecta de su rostro perfecto, y me daba el cariño simple de siempre, frente a nosotros estaba la fiesta, Yinet brincaba y bebía con su dulce expresión, como cuando toma un liquido frio y escucha la música en sus venas. Yo era el único sobrio, el único sombrío, todos ellos a mi alrededor transformados apenas notaban mi cara de nada, y Yinet como un sol brillaba en la fiesta, mientras todos me miraban ansiosos de algo que nunca descifre, me pedían algo y me llamaban a su ritual. “hoy día luna… día pena”
Entonces descubrí su naturaleza, Yinet es el sol y la claridad, es lo correcto y lo bueno, lo real, lo claro, lo que está bien y lo que se supone debo de hacer, Yinet es todas esas cosas que un hombre de mi edad debe tener y hacer; ir a fiestas, embriagarse, estudiar, comprar, desear mujeres, escuchar la música fuerte y marcar los músculos, Yinet es el mundo de hoy, ¿Por qué me empeño entonces en permanecer en este otro mundo alterno? En el que llego de madrugada sobrio a mi casa, y aun así estoy crudo al día siguiente y no deseo mujeres ni cosas ni escucho la música fuerte, este mundo de insomnios y ojeras, ¿Cómo salgo de aquí? ¿Acaso no me interesa el mundo real?, el mundo alterno me gobierna desde mi cabeza, vive dentro de mi cráneo y me hace necio y antisocial, el mundo donde Ameli reina, donde todas las nubes se parecen a su cara, el mundo de las lunas sin soles, el mundo que habito desde hace 2 o 3 meses.
Anoche fui a una fiesta pero nunca entre en ella, llegue a mi casa cuando el sol se asomaba, no dormí mucho y me despierto y me miro y no me reconozco, el verdadero yo me abandono 2 o 3 meses atrás, “hoy día luna… día pena” hoy estoy inmóvil, hoy soy “un beso ya lavado por el tiempo, un amor y otro amor que ya enterraste”, ¿Cómo explicar que no quiero soles? Tal vez solo quiero olvidarla… o abrazarla.
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