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Inicio / Cuenteros Locales / venicio / De porqué el árbitro arbitrador cobró lo que cobró a los jugadores que jugaron la final

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- No es por dármela de macanudo ni de santo patrono pero los muchachos se anduvieron caldeando, para qué estamos con cosas. Los de la División Repuestos y los de Tricolor Delphi, la finalísima de las series con el clásico clasificado de alto riesgo del Club bienamado El Zarpazo de Renca. La pasión gancho, la pasión de la competencia se lleva en la sangre, sobre todo si se considera que el empate estaba llevándonos a un tiempo complementario y después a los penales, y lo único que querían todos era comenzar a chupar luego y darle al baile hasta el amanecer. Y a mí el coso rebalsó al máximo maximorum cuando el Caretabla le aforró al Silva feroz plancha sin pelota, y con la otra lo repasó. ¡Y más encima el balsudo pidió penal! Exigió con cuática y se paró indignado reclamando el piscinazo del Silva y de pronto el zafarrancho se armó y como yo no tenía cartulinas amarillas ni rojas, bueno pues, saqué una planilla de asistencia de la pega que andaba trayendo en el bolsillo trasero y empecé a anotar como malo de la cabeza con la lapicera que se me anduvo trancando con el nerviosismo, a los revoltosos que estaban haciendo atado para aplicarles la multa correspondiente después en la asamblea del club (sobre la espalda del Chucuca no escribió nunca el adminículo). Anoté incluso al Silva, que aunque lesionado (tuvimos que mandarlo después a la Posta Central porque al porfiado le dio con que podía seguir y se le agravó la pierna), en la camilla que hicimos con las casacas, aprovechó de rezarme un rosario entero sin yo tener arte ni parte. Injusticia esta de ser réferi. El caso es que con expulsados y todos hubo que hacer un perdonazo, como una amnistía general, porque vino don Régulo con toda la directiva y la comisión del Asado y me dijo que si quedaban como tres jugadores por lado incluyendo a los arqueros, la final se iba al carajo y con ella asado y fiestoca. Así es que tuve que romper la entrecortada lista escrita con los relieves casi, no sin antes advertir a adversarios y concurrencia que a la próxima se acababa el juego por falta de garantías.
Y no pues, no fue penal, pregúntele al chucuca que era el lainman que corría por esa banda y hacía que no con la camisa en una mano y la banderola en la otra. Por eso se fueron contra él la tracalada de giles que andan inventando cualquier cosa con tal de agarrarse a cornetes. Si hasta las fan del Silva (las chiquillas de Personal) me anduvieron rasguñando siendo que no entendían que yo había cobrado el fault. Después en la fiesta me puse de buenas con ellas, pero las vi fea ahí, gancho, porque estaban como poseídas. Uf… El otro sí fue penal aunque mi socio Negro Watusi que oficiaba de guarda líneas del sector esté arrugando diciendo que levantó la banderola porque yo había cobrado si yo cobré porque él había levantado la banderola cuando al Colorín Maldonado le collerearon la jugada prometedora de gol. En fin…, cosas del fútbol…

- Y el gol de oro, pues yo vi que el McKay se quedó enganchado tomándose el último trago (eso dijo después) de la mismísima boca de la garrafa que estaba al lado del banderín del corner, habilitando al Becan, y a este otro qué le dijeron. Si parecía la liga inglesa: arrancó con la pelota que daba saltos locos por las pocas champas de pasto que había en el tierral ese. Estuve a punto de parar la endiablada carrera del win derecho en diagonal demanda del arco del Pelao porque vi con espanto a los que iban con la clara intención de bajarlo pata asesina en ristre buscando hueso de calaña (el Indio, el Gutiérrez, el Sapo Zarigüeya, el Mallarauco), porque hay que ser bien breva para repartir las garrafas en el entretiempo a medio mundo. Sanción aparte con multa ejemplarizadora para don Estéfano que las cagó con repartir el trago antes de finalizar el campeonato. Los ánimos caldeados (incluyendo el mío, que soy de tiro corto), nadie entendiendo razones, cada cual con reglamento personalizado de qué y cómo arbitrar una final y más encima los lindos haciéndome la Ley del Hielo porque no me pescaban… No. Si estaba difícil la cosa. Pero dejé, no más gancho, indiqué que pa´delante porque la jugada era legítima y yo con el silbato listo para cualquier cosa porque ya veía que al Becan lo iban a hacer bolsa. Lo bueno es que el Caretabla estaba más piola (sabía que ya lo iba a agarrar yo en lunes en la pega) y el Venancio que había entrado en la trifulca haciendo batahola gritándome ciego, amermelado y cuanta cosa, se había calmado porque de reojo lo vi convidándole un cigarro a la señora de don Régulo. Chucuca corrió conmigo acompañando la legitimidad de la jugada y al menos sentí que yo no era el único candidato a la salsa de patadas… Que el Pelao es buen arquero, es buen arquero, pero de que está guatón con tanto cauceo, está guatón. Por eso que no le dio el cuero para el chimbazo que tiró el Becan a tres dedos un poquitín pifiado porque todos vimos que se preparó para tirar un centro. Convengamos que tuvo suerte este rucio flacuchento también ¿no vé que el bote en la champa engañó al Pelao, que emparafinado como andaba, los reflejos se le anduvieron portando como la mona? Está guatón, porque en su época de oro el Pelao no tenía nada que envidiarle al Gatito Osbén. Hasta el bigote onda charro era igual. En sus tiempos el Pelao hubiera atajado ese tiro maricón. Pero ahora, gracias a su revolcón onda saco de papas, la División Repuestos era justa campeona. La mezcolanza de sucesos que vino después está medio confusa, porque unos que alzando en andas al Becan, otros que persiguiendo al Pelao, al Chucuca y a mí para darnos capote. Y yo en plena carrera buscando con desesperación al McKay para que (ah, ingenuo…) les explicara que habilitó al rucio. El huevón negó todo e hizo encendidas arengas para perseguirme. Entre mis verdugos andaba el caliente del Venancio. Por eso se ganó la pateadura en la que participé con gran ánimo y conocimiento de causa cuando lo pillé ensartado afirmado en un litre con doña Zoila, la señora de don Régulo. Pero esa, es otra historia y refleja que la fiestoca tuvo de todo lo que se merece una celebración deportiva ¿verdad? Hasta con mocha de cuernos incluida que si quiere le busco al que fue protagonista privilegiado para que arme la nota. ¿Vale?

- ¡Venancio!, venga amigazo que el socio aquí le quiere preguntar una cosita…


Texto agregado el 06-05-2004, y leído por 387 visitantes. (6 votos)


Lectores Opinan
25-08-2004 Ni La Cuarta habria relatado mejor... Genial! misterioso
24-07-2004 una versión lúdica, que se nos va desgranando en tre el habla fluida y el coloquio del futbol. bueno. saludos. Martin_Abad
15-06-2004 Ja ja ja ja....... sin comentarios, no le sobra ni falta nada.........y ese Venancio que parece que se las trae.....Saludos marco
02-06-2004 Ahora sí, los leí hace unos días, pues los he impreso (suelo hacer eso con los textos que me gusta releer), pero nunca con el tiempo suficiente para comentarte. Son perfectos, sabés, creo que da para muchos más. Me encantó la historia, la manera de contarla, la forma en que te metiste en el pensamiento de cada uno sin olvidar la cuota de humor que me pareció fantástica. Qué decirte, llego a tus textos con la certeza de que no habrá desilusiones. Excelente!!!! Besos. MCavalieri
27-05-2004 Me he perdido en algunas palabras, pero en si me ha parecido muy ameno tu relato awamarina
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