Esta noche, empieza a oscurecer.
Mientras todo huele a ciprés, la luna ya no se puede ver.
Pero se puede percibir, la rabia de un guerrero.
Llorando todas sus penas que le pesan, en su triste corazón.
Por culpa de aquel Dragón, que le separo de su amor.
Siente rabia y dolor por eso sus sueños que a el le quito.
En esa cruenta batalla que el perdió.
Ya no podrá junto a ella estar, ella lo era todo para el.
Pues después de la batalla, a ella perdió.
Caminando por los senderos del mundo que con su amor recorrió.
Ahora los recuerdos le atormentan, sin saber como escapar de ese penoso final.
Su alma agoniza y el entra en ira.
Escupe por sus ojos agua de dolor, que estalla fuera de el.
Sueña con ver la vista atrás y poderla besar y acariciar.
Pues ella era su gran, amor en vida y la mujer que cambiaba su tristeza en alegría.
Ahora como el fiel guerrero, con paciencia espera el momento.
Como si fuese una lenta sinfonía, aguarda con firmeza y lealtad.
Que llegue ese día, que el tiempo les pueda volver a juntar.
Esa es la única manera de que se puedan volver abrazar.
Pues, el es un alma en pena, que en muerte a ella la espera.