Unidos en esencia
permanecemos sin temor,
ajenos al mundo.

Unidos quebrando las fronteras del sentir,
convirtiéndolas en reflejos involuntarios
mezclados en el entorno.

Unidos,
el tú y el yo sin distintas vistas,
la libertad de alas abiertas,
palabras escritas en la piel.

Jugamos armoniosamente
en los destellos de miradas;
pero “verdaderas miradas”
de esas que descubren la impureza
y maduran las mentiras.

Somos lo imposible a la razón,
escribimos los segundos.

Somos la igualdad complementada,
el fin de toda búsqueda.

Somos el estar pasivo.

Somos tú y yo
pero yo tan tú,
como tú tan yo.