Rojo y blanco
... Y todo se pintó de rojo, rojo ardiente,
sangre de menarquías, de himenes rotos,
abortos, partos, corazones femeninos quebrados
por la indiferencia de sus hombres,
por su desamor.
Me coloreo de rojo, ¡ardo! soy la voz de las
que no gritan, quejido de alas rotas,
marea sangrante, venganza roja que
entre sus dedos desgrana todo lo que huele
y sabe a hombre...
Despierto, todo es blanco, la mañana, las paredes,
la ropa de cama, las flores del jarrón, la vela
eternamente prendida.
Mi camisón de lino blanco, inmaculado como mi alma, contrasta con el rojo brillante de mis uñas largas.
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