Hasta quedar en cero
Después de días, meses y años de invocar a la muerte,se me apareció una mañana, una mañana hermosa, de esas en las que vale la pena morirse...
Ella estaba vestida de dama antigua, de colorines, llenade cintas y encajes, muy alhajada y con sombrero adornado de plumas, ¡mas vivaracha que la vida misma!
Después de reponerme del susto y con mi mas seductora sonrisa le dije:
_ Sra. Muerte, estoy lista, tóma mi mano y vámonos.
Sonoras carcajadas cortaron mi entusiasmo y mi susto creció al oírla entonando una estrofa de canción antigua al tiempo que daba unos pasos de baile y sonaban sus pulseras al ritmo de sus movimientos, paró en seco y me djo suavemente:
_ Sin prisa María, todavía no puedo llevarte, estás
muy pesada.
_ ¿ Pesada yo? ¡si soy muy chiquita y flaquita!
_ Si, tú María, pesas demasiado.
Y continuando su canción y su baile desapareció
dejándome confundida y desorientada.
En segundos, supe a lo que se refería, lo que me hace pesada eres tú José, yo peso por tí y por mí, cada que hacíamos el amor, te me quedabas dentro y en cada encuentro te metías mas y mas en mí, mis pensamientos son los tuyos, tus gustos ¡son los míos! Ay José, ¿que debo de hacer para eliminarte de mi vida?...
Quizás deba de sudar tu recuerdo, de vomitar tu sabor, despellejarme el cuerpo para borrar tus caricias, exprimir mi cerebro para borrar tu memoria, quedar ciega para eliminar tu imagen, quiero quedar en cero, un cero redondo como mi vientre de embarazo, redondo como tus ojos
obscuros, redondo, sin principio ni fin como mis noches de angustia y soledad, me úrge quedar en cero, un cero trazado con compás, redondo como el sol (que disfrutábamos juntos), como la tierra (que éra nuestra casa), como la moneda de
oro que me regalaste (y que tiré al mar cuando te fuiste). Me urge quedar en cero, desapegada,liviana, etérea, para que cualquier otra mañana, de esas hermosas en las que vale
la pena morirse, venga la señora Muerte y pueda llevarme alto, muy alto y muy lejos de tu recuerdo.
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